Perversos del lenguaje: léxico de los políticos

En La Mañana de Andalucía de Jesús Vigorra, Antonio García Barbeito dedica sus perversos al lenguaje que los políticos están empleando en sus discursos. Las lenguas en la política se están quedando sin freno, o será que sobran bilis y falta riqueza en léxico. Lo cierto es que es una pena escuchar los parlamentos de gente que se supone que ha de dar buenos ejemplos. Si en un extremo desbarran, desbarran en otro extremo. Y hablan de las malas formas de los viejos lavaderos, de corrales de vecinos y de rurales blasfemos, y quienes así se expresan podrían callarse un buen tiempo y aprender, porque la calle se mueve con más respeto. Vox por un lado, y por otro la ministra de Podemos que, será por la Igualdad, todo lo contesta a fuego. Si veneno hay en un lado, sobra en el otro veneno. Y como español pregunto: ¿Qué quieren, ser nuestro espejo? Me miro en un charco sucio antes que mirarme en ellos. Se están perdiendo las formas, se está perdiendo el respeto, la educación, la elegancia, la costumbre del buen verbo, y se disparan las voces y los ojos echan fuego, y el mal estilo, qué pena, halla entre esa gente asiento. Ha dicho Javier Lambán, que es un socialista viejo, presidente de Aragón que, él así quiere creerlo, a España le hubiera ido mejor si no llega Pedro? Pronunciar la frase ahora, en este duro momento, es como decirle a Sánchez: Tuya es la culpa de esto? Y no digo que sea así, pero el patio está tan feo, y tan lleno de mentiras y de invectivas tan lleno, que puede acabar muy mal si no le ponen remedio.