En La Mañana de Andalucía de Jesús Vigorra, Antonio García Barbeito dedica sus perversos a los perros: Ya no vale el calcetín para guardar los dineros, que como se orienten bien con el hocico los perros, dan con el botín, y entonces, en vez de avisar al dueño, se lían a mordisquear como una ocasión de juego. Con la mejor intención, una mujer buscó un hueco donde dejar los billetes de sus ahorros? ¿Fue el miedo, o no querer con los bancos en cuanto a trato, ni esto? No sé, pero mire usted, como inspectores del gremio de la Hacienda, se orientaron y lo encontraron sus perros. Y los perros se liaron a morder euros y euros, ahora en billetes de cien, de cincuenta, y cuando fueron las manos de la mujer para salvar sus dineros, confeti de Nochevieja los billetes parecieron. A mí, mis perros, jugando, me han hecho polvo un sombrero, me han destrozado sillones, camas que hice para ellos, se han meado en todas partes y hasta lo demás han hecho. Pero nunca les dejé a su alcance los dineros. Los dineros, al bolsillo, en un profundo agujero, en el banco, o bajo tierra y con tapa de cemento; pero eso de dejar tantos billetes de euros en un lugar donde puedan dar con la caza los perros, ni pensarlo, gran error. Ahora, ya no habrá remedio. Eso sí, a ver quién tiene en su casa varios perros que en vez de ladrar ?guau, guau?, salgan ladrándote en euros.