En La Mañana de Andalucía de Jesús Vigorra, Antonio García Barbeito dedica sus perversos a los preparativos En la política, ahora, es tiempo de ir ensayando. Los carteles de mañana tienen ya nombres y amagos, y la apuesta por los puestos es evidente, está claro quiénes serán los primeros y quienes, del mismo carro, tendrán que bajarse pronto, y, en silencio y cabizbajo, se apartarán de la foto que pide ya nuevo marco. Nombres que ayer no contaban ni para los más cercanos, de pronto un día salieron con aires de candidatos y, poco a poco, el camino empezaron a labrarlo. Mueve el PP sus peones en este otoño tan raro de volcanes y sequía y subida del salario. Que si aquí, en lo provincial, hay nombres que están sonando con fuerza, con mucha fuerza, allá arriba, en lo más alto, donde se juega el poder, y el prestigio, y aun los cuartos, Aznar se acerca, se acerca para apoyar a Casado, y hasta el mismo Vargas Llosa, que apoyaba a Ciudadanos, se ha confesado pepero y está en su idea ayudarlos. Voces de mujer que ayer salieron despotricando, ahora parece que ensayan como una vuelta al rebaño. Ya veremos, ya veremos, porque el camino es muy largo. ¿Y qué pasa donde otros tienen sociedad de mando? ¿Mantendrán lo dicho ayer o querrán un nuevo trato? ¿Saldrán a pedir ayudas para seguir gobernando? ¿Preferirán cualquier juego aunque manden en precario? Ya lo sabremos mañana. Hoy, ensayos sobre ensayos. Y mientras, mientras, la luz continúa electrocutándonos? García Barbeito