El Faro de Garrucha, en Almería, se ha apagado casi 140 años después de su puesta en marcha. Sus funciones las asume el de Mojácar, pero esto no significa que vaya a dejar de relucir, la idea es destinarlo a otros usos aún por definir. La persona encargada de apagar la linterna ha sido Mario Sanz. Y no fue algo precisamente agradable para este farero que vive en Mesa Roldán, en Carboneras, desde hace casi 30 años. Mario se encarga, entre otras cosas, del mantenimiento de los faros más cercanos, como el de Garrucha o el de Mojácar. La suya es una vida ligada al mar y a los faros.