En La Mañana de Andalucía de Jesús Vigorra, Antonio García Barbeito dedica sus perversos a los 75 años. PERVERSOS DE LOS 75 AÑOS Cuando empecé a trabajar, que era apenas un chiquillo, me preocupaba muy poco la vejez y qué destino tendría cuando acabara de mi trabajo su ciclo. Me parecían mayores hombres que estaban conmigo y que a lo mejor tenían treinta años, treinta y cinco. Hablaban ya de los años que estuvieron en tal sitio, y de lo que cotizaron por su trabajo? Ni pío. Yo, ni preguntaba nada ni me interesaba un pito. Pero pasaban los años y ya nada fue lo mismo. ?¿Cuánto llevas cotizado?? me preguntó un buen amigo, y no supe qué decirle. Había estado en distintos puestos de trabajo y nunca esa pregunta me hizo nadie, jamás, ni siquiera la había hecho yo mimo. El día que pedí mi historia me asusté: ?¿Cuántos ha dicho que llevo ya cotizado, treincuarencincuenta y cinco?? ?Pues todavía te falta cuasi otro tanto, chiquillo?? Dijo una voz que venía de un Ministerio. ?¿Has oído?? Y es que el ministro Escrivá -que diga que no lo ha dicho- dice que hay que trabajar hasta los setenta y cinco. ?¿Y de qué miarma, me aclaras el tajo al que me dirijo? ¿Acaso hacia alguna obra, acarreando ladrillos, sacos de cemento y yeso o quizá encofrando pisos? ¿En el campo, soportando días de calor y frío, con el reuma zumbando y los huesos consumidos? ¿Encima de una escalera ordeñando los olivos? ¿O arreglando carreteras, o derribando edificios? Con setenta y cinco años, Escrivá, a qué me dedico que ni se me parta el lomo ni el sueldo me sepa chico, tenga ganas de seguir currando hasta el infinito?? Se me ocurre, por ejemplo, colocarme de ministro. A. García Barbeito