Las lentes de contacto que se tiran por lavabos e inodoros acaban descomponiéndose en micropartículas. Al llegar a las plantas de aguas residuales se desintegran y se convierten en falso alimento para peces y otras especies acuáticas.
Un nuevo peligro acecha a las especies acuáticas: Se trata de las lentillas que se tiran por los lavabos e inodoros y que van a parar al mar. Una vez allí, los peces se las comen y llenan su estómago de plástico. Pero atención, porque ellos no son los únicos perjudicados por esta mala costumbre, y es que los humanos, también comemos peces.
Las lentes de contacto que se tiran por lavabos e inodoros acaban descomponiéndose en micropartículas. Al llegar a las plantas de aguas residuales se desintegran y se convierten en falso alimento para peces y otras especies marinas. Algo muy perjudicial para el sistema digestivo de esta fauna marítima.
Además, la cadena alimenticia hace que los humanos acabemos comiendo esos peces estando exponiendonos de forma involuntaria a contaminantes plásticos y otras sustancias que van pegadas a las superficies de los plásticos.
El equipo de la Universidad de Arizona que ha realizado esta investigación confía en que la industria tomará nota y, al menos proporcionará una etiqueta en el paquete de las lentillas explicando cuál es la forma adecuada de desechar las lentes de contacto, junto con otros residuos sólidos.