David Peña Dorantes es sin duda a día de hoy el pianista de flamenco más reconocido a nivel internacional. Nieto de “La Perrata” fue allí, en casa de su abuela donde el niño Dorantes empezó a jugar con las teclas del piano. Con su primer disco “Orobroy” (1998) este flamenco, hijo del guitarrista Pedro Peña y sobrino de Juan Peña Lebrijano, sorprendió al mundo con una voz, la de su piano, jonda y arrebatadora. A partir de ahí, su imparable carrera le ha llevado a recorrer el mundo entero ya sea tocando en solitario o colaborando con músicos de las más variadas disciplinas. Su virtuosismo y expresividad le han permitido transitar sin vértigo ninguno por las sendas del jazz, del flamenco, de la música latina o de la música clásica. Su trayectoria ha sido distinguida con infinidad de premios en reconocimiento a su talento, recibiendo entre otros, un Giraldillo en la Bienal de Flamenco de Sevilla 2012 por el concierto de presentación de “Sin Muros”, trabajo discográfico que también fue distinguido con el Premio Nacional de la Crítica 2013.
Guitarrista flamenco en su niñez, David Peña toca también el violín, el bajo y la batería, siendo el primer pianista flamenco en alejarse de la guitarra a la hora de componer y en no utilizar las armonías establecidas en ese instrumento. Su lenguaje musical está forjado a base de tradición flamenca, estudio, trabajo e intuición. La intuición y la perseverancia del músico que sabe lo que quiere y que busca en su entorno natural y más allá de los horizontes conocidos, los recursos, el sonido, el timbre y la textura que de vuelo a su sentir, a su espíritu y a su personalidad.
Su último trabajo discográfico, “El tiempo por testigo…A Sevilla”, es un álbum en el que el pianista lebrijano celebra los 20 años de carrera como autor, recogiendo diez obras, siete actualizaciones y versiones de temas que han marcado por uno u otro motivo su carrera, y que se ha permitido mostrar maduradas y regrabadas años después.