La semipresencialidad se instala en la era covid del instituto

Qué complicado será arrancar este curso para los más de dos mil institutos de Andalucía. Los profesores llevan días de vértigo en reuniones que parecen no tener fin para conseguir la máxima seguridad en las aulas, buscando espacios nuevos y planeando alternativas para un curso que no siempre será presencial para más de medio millón de estudiantes.

Nerviosas pero optimistas aparecen hoy por el instituto, Marta, Berta y Claudia, para ver las listas de clase, los preparativos de las aulas. Para comprobar que todo sigue igual después de seis meses sin entrar por esta puerta.

En circunstancias normales, cada vez que suena un timbre de cambio de hora se mueven por estos pasillos, escaleras y zonas comunes más de 300 alumnos.Delimitarlos ahora es complicado.Y el recreo sera otro campo de batalla.

Diseñar los planes de actuación no ha sido fácil, la última circular de la Consejería de educación, llegó hace apenas unos días, el 3 de septiembre, con tres modalidades: presencial para primero y segundo de eso, semipresencial para tercero de eso, que tendrá hacer dos tercios de horario en el instituto, mientras que cuarto de eso y bachiller podrá tener clases mitad de las clases en presencial y la otra mitad online.

Psicológicamente el confinamiento no ha funcionado para muchos adolescentes, al proceso madurativo personal de cada uno, se une un circulo social difícil de controlar y rebrotes de coronavirus por todos lados. Psicólogos y sociólogos auguran un otoño especialmente duro para padres y profesores.

Este año las ratios siguen igual, 30 alumnos por clase en secundaria y 35 en bachillerato, a pesar de que las clases se han quedado pequeñas

La Consejería de educación ha contratado 2150 profesores de refuerzo para más de mil quinientos institutos públicos y concertados andaluces. Muchas clases se verán afectadas en su propio funcionamiento.

Miles de docentes andaluces se han sometido a las pruebas serólogicas para detectar el covid. Acompañamos a Yolanda a hacerse el test.

Mientras en el instituto continúan con la puesta a punto. Casi Sanz limpia estas aulas desde hace 20 años, a su labor se une ahora la de Lidia Carmona, contratada desde el 1 de Septiembre para reforzar la desinfección en horas lectivas.

Sin duda, todas las medidas son pocas cuando por estas puertas están a punto de entrar más de mil adolescentes, que tendrán que volver a compartir el espacio que les unía antes de que el covid-19 llegara a nuestras vidas y las pusiera patas arriba.