La herida más grave por el microbús que la arrolló el sábado sigue en la UCI con múltiples fracturas.
Los trabajadores desmienten que los tres percances se deban a una campaña de sabotajes.
El pasado sábado, un microbús eléctrico de la línea C5 sevillana salió disparado cuando el conductor accionó el cierre de puertas, y chocó violentamente contra un escaparate. Gracias a su cristal salvó la vida María Águila, ya que el impacto rompió el escaparate de la tienda y la dejó gravemente herida en su interior, pero viva. Otra persona herida grave y otros ocho de menor consideración también fueron víctimas del percance.
Era el segundo vehículo de iguales características que en pocos días sufría este mismo fallo, que ahora se atribuye a un error de software. Y el martes, otro sobresalto para los usuarios: un autobús con cerca de cuarenta pasajeros se incendió repentinamente. Por fortuna no ha habido que lamentar daños a las personas, pero la acumulación de incidentes ha despertado recelos y hasta se ha llegado a especular con un sabotaje deliberado a la flota de Tussam.
Andalucía Directo ha recogido testimonios que describen esta sucesión de siniestros.