Estamos en época de anillamiento y el equipo científicos "Erithakus" realiza cada año más de un centenar de marcajes a los pollos recién nacidos
Los acompañamos a uno de los nidos de esta llamativa especie
No llega al mes de vida y la han separado de su madre, pero el mal rato está justificado. Le ponen una anilla metálica, que marcará su vida, sin suponer molestia o estorbo, un anillamiento fundamental para él y sus congéneres.
Nos lo cuentan los anilladores científicos Juan Manuel Miguel Pinés y Francisco Javier Pulpillo.
La cría -que llegará a tener una envergadura de 1,70 metros- compartía nido con otros dos pollos y tendrán la importante misión de mantener un medio natural equilibrado.
La población de esta ave rapaz ha aumentado en los últimos años, pero sigue amenazada por los expoliadores y por los tendidos eléctricos.