La historia de Manolo Mapelli es la de un malaguista de los pies a la cabeza. Tiene ELA desde hace 11 años y no ha dejado de acudir a La Rosaleda que, como dice su familia, le da vida cada vez que hay partido de su Málaga. A pesar de la dificultad logística que supone su traslado, acude a todos los encuentros. Ahora lo hace acompañado de su hermano mayor y de su hijo, Manolito, al que ha traspasado su pasión por el Málaga. Si alguien no entiende la pasión que puede general el fútbol, que vea este vídeo.