Los precios que indignan al campo

En plena jornada de movilizaciones en el campo, se ha conocido que el precio de los alimentos se multiplicó por 4,15 veces del campo a la mesa en enero, según el Índice de Precios en Origen y Destino (IPOD) elaborado por COAG. Indica que los alimentos de origen agrícola se multiplicaron por 4,43 y los ganaderos, por 3,10. Como ejemplo, la patata y la cebolla se paga un 600 por ciento más en el supermercado que lo que cobra el agricultor.

En el caso del cerdo, al ganadero le pagan poco más de 1 euros el kilo, se vende por 5,50, la diferencia es de un 413 por cien. Otro producto, la lechuga, el agricultor recibe 26 céntimos, el consumidor paga 1,09, un 300 por ciento más y así todos los productos de la lista, márgenes que llegan al 1.000 por ciento en el caso de la naranja.

Los agricultores van a estar muy pendientes de las reuniones que comienza en el Ministro de Agricultura con las grandes superficies. Se busca una salida a la crisis de los precios. Los agricultores acusan a la gran distribución de tener grandes márgenes de beneficios y de imponer precios, y las empresas aseguran que no es así ¿Pero qué piensan las empresas?

Las grandes y medianas superficies tienen ya el 60 por ciento del gasto en productos frescos en España. Aún así, una cifra bastante menor que en alimentos elaborados. Es el mercado que les queda por conquistar. "Es la batalla en la que están incidiendo para hacerse con mayor cuota de mercado", según Manuel David García Brenes, profesor de la Escuela de Ingeniería Agronómica de la Universidad de Sevilla.

Una de las estrategias que nos explica este economista son los productos reclamo. Una oferta muy barata para enganchar a los clientes, pero eso significa que a los agricultores les pagan por debajo de costes. Es la venta a pérdidas. Por otro lado, los agricultores les acusan también de llevarse un gran margen de beneficio con otros productos frescos. Pero las empresas lo niegan. "Ninguna de las dos cosas son ciertas", asegura Ignacio García Magazo, director general de la Asociación de Distribuidores ASEDAS. Aseguran que su margen de ganancia está en un dos o tres por ciento y que hay otros actores en la cadena de distribución que también intervienen.

Pero los expertos explican que las grandes empresas son un oligopolio y tienen más poder. Para controlar esto, en teoría, está la ley de la Cadena Alimentaria, que actualmente apenas se aplica. De esto y de otros asuntos hablarán a partir de esta tarde las grandes empresas de distribución con el Gobierno.