Miembros del Club Ciclista de Huéscar, de Granada, en una de sus habituales rutas se encontraron con este ciervo que hubiera muerto ahogado si ellos no llegan a intervenir.
Su empeño y el del propio animal, cuando ve que puede salir, resuelve la situación. Todos satisfechos. La bicicleta de montaña ya lo ven, contacto directo con la naturaleza