LA VOZ DE VIGORRA
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Y cuando todo esto pase vendrán los premios

Jesús Vigorra da su particular punto de vista sobre los temas de actualidad en La mañana de Andalucía.

JESUS VIGORRA 3 abril 2020

En la historia de la humanidad nunca una guerra no declarada costó tanto desastre y tanta vida. Y eso que estamos en un momento en el que ningún bocazas, espero, pueda atreverse a pronosticar cuándo acabará; como muchos se atrevieron antes a negarla diciendo que no era cosa suya. Ahora, roto ya el gran espejo del proyecto común (por mala suerte, malos gobernantes o por torpeza) cada cual se mira en el añico más o menos grande que pudo atrapar tras el destrozo.

Aún así, algún día también esto pasará y veremos entonces si hemos aprendido algo o, directamente, no tenemos remedio. Supuestamente, al dolor, especialmente los que perdieron familiares y amigos, añadiremos humildad y memoria de lo ocurrido. Pasará el tiempo y, allá por el otoño hasta final de año, comenzará esta práctica tan extendida en nuestro país de los premios, medallas y reconocimientos. Esos falsos honores que suelen darse a mayor gloria de quien los entrega. Si hoy pusiéramos sobre la mesa los nombres de figurones reconocidos por instituciones, ayuntamientos y organizaciones varias, el sonrojo sería cercano al bochorno porque reflejaría los pedestales en los que pusimos a gente tan simple.

Viendo ahora quiénes son los principales actores de la sociedad, los salvavidas para no sucumbir, los importantes de verdad para no irnos al traste, no podemos menos que agradecer y pedir perdón por haberlos hechos invisibles durante tanto tiempo a ojos de la sociedad. Son tantos, tantos, y tan olvidados siempre que hay algo que repartir que de ahora en adelante, empezando por quitar la medalla al mérito del trabajo (que siempre me pareció un agravio para los que se descoyunta en el tajo) acabaría con todos los premios oficiales y prebendas, hasta que no corra la lista entera de todos que se han dejado la vida por salvar la vida de los demás en esta situación donde no vale de nada el botafumeiro.

Aparte de que las arcas quedarán vacías, espero que se lo piensen dos veces y recuerden estos días antes de empezar a repartir títulos de dudosa honorabilidad.

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