Analizamos la violencia de género desde una perspectiva económica
La pobreza hace más vulnerable a la mujer maltratada
Sin un empleo y sin recursos es más difícil escapar de las agresiones y denunciar
Conocemos la historia de Flora
Analizamos la violencia de género desde una perspectiva económica. Sin independencia financiera es muy difícil salir del círculo vicioso de las agresiones y atreverse a denunciar. Normalmente, los agresores empujan a las víctimas a una situación de dependencia material. Eso le pasó a Flora. Nos ha explicado la importancia de encontrar trabajo. Con su testimonio quiere ayudar a quiénes puedan estar viviendo esa misma situación.
Flora tiene hoy un empleo en una empresa de limpieza. Es modista de profesión y tenía un taller cuando empezó con su pareja, pero él la obligó a cerrarlo. Las agresiones también implicaban control financiero.
Además, le hacía imposible buscar trabajo. No podía usar un ordenador para hacer un currículo ni acudir a una entrevista.
Pero Flora se decidió, cogió a sus dos hijos, denunció y estuvo un tiempo en una casa de acogida. Le costó seis años volver al mercado laboral, gracias a un curso de formación del Instituto de la Mujer.
Encontrar un empleo no es fácil. Existen contratos bonificados específicos para víctimas de violencia de género, pero apenas se usan. El año pasado se firmaron 230 contratos para víctimas en Andalucía, donde hubo 34.000 denuncias.