LA VOZ DE VIGORRA
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El ministro Ábalos y la mamarrachada de Renfe

JESUS VIGORRA 28 enero 2020

Vivimos un tiempo en el que lo que cuenta es la cantidad y no la calidad, el público para hacer la ola frente al ciudadano que razona, los duros a cuatro pesetas, el low cost sobre al valor de las cosas, las rebajas por las rebajas. Renfe inauguró ayer la venta del AVE de los tiesos con el reclamo de 10.000 billetes del AVLO Madrid-Barcelona a 5 euros.

Como se pueden imaginar se formó un lío monumental, los cazadores de chollos no se podían ni registrar en la página que no funcionaba, la cola virtual en internet en lugar de avanzar retrasaba las inscripciones con el paso de la horas y quien empezó en el puesto 300, a los diez minutos iba por el 1.200, los usuarios insistían desesperados y todo el mundo cabreado frente al teclado. La cosa salió como el rosario de la aurora, pero he aquí que Renfe al final de la jornada se felicitaba porque en el estreno de su mamarrachada había tenido más de un millón y medio de visitantes por la oferta de los cinco euros. ¿A qué les suena esto? ¿Qué les recuerda? No les parece que justamente Renfe, empresa pública, estaba haciendo lo mismo que Ryanair, tantas veces criticada por sus prácticas bochornosas para llamar la atención y que quedarse con el personal.

Sr. Abalos, ministro de Transportes y Movilidad (cuya virtud es pasear a la vicepresidenta de Venezuela por Barajas sin que toque suelo español). ¿De veras tiene el más ligero concepto de lo que es mejorar un país? ¿No está confundiendo el progreso de Renfe con sus trágalas, sus ambiciones pueriles, sus menudas rencillas, sus baraterías ridículas y su pasión de mando? La conducta social -lo colectivo- solo se diferencia de la privada en que la práctica de las virtudes ha de ser más meticulosa. Sr. Ministro, usted no puede llevar al transporte público las burlas de Michael O´Leary, el impulsor de Raynair para cabrear a los ciudadanos. Sr. Ministro ¿Con qué razones le podríamos convencer de que el Estado, por sí, no es nada: solo un instrumento educativo y mejorador de la sociedad? Lo aprenderán alguna vez nuestros políticos.

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