SOSTENIBILIDAD
SOSTENIBILIDAD

Los altos costes que se ocultan detrás de la ropa barata

La fabricación de un pantalón vaquero requiere del uso de diez mil litros de agua.

La Slow Fashion pretende cambiar las pautas del consumo de ropa para hacerlo sostenible. 

28 enero 2020

La batalla contra la moda de usar y tirar tiene como figura destacada en nuestro país a Gema Gómez, fundadora del movimiento Slow Fashion. Esta nueva corriente se cuestiona nuestra forma de consumir y busca un compromiso activo con la manera de producir la ropa que nos compramos. En vez de comprar por comprar, muchas prendas y baratas, la "Moda lenta" aboga por la ropa sostenible, de buena calidad y duradera, lo que conlleva importantes beneficios para el medio ambiente.

La triste realidad que hay detrás de la ropa de bajo coste se puso de manifiesto en la tragedia ocurrida en 2013 en Bangla Desh cuando se derrumbó el Rana Plaza, un edificio que albergaba cinco fábricas textiles y en el que murieron 1.134 personas. A partir de entonces se desveló un panorama de niños explotados, de fábricas semiesclavistas, de ríos cargados de productos químicos y en definitiva, del tremendo coste social y medioambiental que supone la moda de consumo rápido.

La Slow Fashion nos plantea que somos los ciudadanos quienes tenemos el poder a la hora de comprar de cambiar el patrón de producción y consumo hacia un modelo que respete más al ser humano y a nuestro planeta.

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