Domingo, 01:30 horas

Entre Olivos

Un campo de olivar es talado, ejemplares de más de 500 y 1000 años desaparecen en un instante ante nuestra mirada para ser convertidos en leña. Unos pocos, los más viejos, los de mejor porte, se libran del trágico final; una enorme excavadora los arranca de raíz y los monta en un gran trailer emprendiendo un viaje a un lugar lejano donde nunca hubo olivos. Varias historias paralelas se suceden en este viaje.

La escuela pública de Mondrón en una pequeña aldea en la montaña malagueña. Los olivos milenarios del patio del colegio son lugar de juego de un grupo de niños de distintas nacionalidades. El árbol está presente en todo: en dibujos, representaciones, trabajo de familias. Un derroche de creatividad que su maestro Joaquín estimula convencido de que hay otra manera de aprender.

Universidad de Córdoba: Angeline y Conchi son dos estudiantes de Biología que recorren el paisaje en busca de olivos milenarios que catalogan, miden, localizan y registran su ADN intentándolos preservar del expolio que en los últimos años se está produciendo de forma incontrolada. En su búsqueda se encuentran con personas unidas por diferentes motivos a esos árboles.

Otros lugares: Manolo tiene 75 años y acude casi a diario a la Estaca Grande, un olivo milenario que destaca por su magnitud. Su vida está unida a ese árbol. Durante la Guerra Civil Española él y toda su familia de ocho hermanos se cobijaron debajo del olivo construyendo una cabaña bajo sus ramas para huir de los bombardeos franquistas. Desde entonces no ha dejado de cuidarlo: lo poda, lo riega e incluso le habla. Se conocen como dos viejos amigos. Él ya es mayor y busca en su nieto al futuro cuidador.

Lola heredó un viejo cortijo familiar en Almería y abandonó su trabajo como profesora de Latín y Griego en Barcelona para cambiar de vida. Decidió irse a vivir con su hija de 8 años a la vieja casa familiar hoy convertida en aloajmiento rural. Junto a la casa también heredó unos viejos olivos que nadie se atreve a datar, pero que por sus dimensiones y por la lentitud de crecimiento en esa zona, dada la escasez de agua, pueden tener 2000 o más años.

Fermín es catador de aceite y está unido al olivo desde la infancia. La búsqueda del aceite ideal es su obsesión, quiere fabricar un aceite de olivos milenarios.

Manuel es un viejo podador. Pertenece a un oficio que está a punto de desaparecer. Cuando se coloca debajo del olivo se establece un diálogo mudo entre ambos. De un solo vistazo es capaz de adivinar cómo ha sido la vida del árbol y por donde continuará creciendo. En estos momentos existe un vacío legal que permite arrancar esos árboles. Hay muchas personas que piensan que los árboles son un monumento vivo que hay que preservar. En cualquier caso es increíble que un árbol que ha superado guerras, civilizaciones y desastres naturales durante 2000 años pueda ser arrancado en un instante.

Muchos árboles cruzan nuestras fronteras para acabar adornando las casas de millonarios de la Costa Azul que no tienen inconveniente en pagar los 12.000 y 20.000 euros o más que pagan por ellos. Los agricultores los han vendido por apenas una miseria. La necesidad de dinero, la mecanización del campo que hace poco rentable estos viejos árboles y la compra de hectáreas de olivar por parte de inversores que nunca han visto un olivo hacen que el futuro de estos viejos ejemplares esté en peligro. Pequeñas o grandes historias de personas en las que su vida está asociada al árbol.