Patrimonio sonoro: el toque de campana lucha por sobrevivir en la era digital

Luchan por mantener viva una tradición centenaria. Hablamos del toque manual de las campanas. Una tradición casi extinguida, entre otras razones, por la tecnología. La Unesco acaba de proteger este ritual aunque su supervivencia como sistema de comunicación requiere de más esfuerzos para que no caiga en el olvido. Nos adentramos en este mundo en Los Reporteros.

En Italia y Reino Unido son realidad pero Francia y Alemania los han visto desaparecer. Aquí estos son los últimos de un oficio que, si se salva es -nunca mejor dicho- por la campana. Para ser exactos: por aquellos que sin saber muy bien por qué un día se vieron arrebatados por el tañer de estos bronces. Ese tocar que llevó a un poeta jienense del XIX a versar uno de los más proverbiales recitados: "Oigo, patria, tu aflicción y escucho el triste concierto que forman tocando a muerto, la campana y el cañón".

Es Utrera uno de los mejores y mayores exponentes del toque manual de campanas por la vistosidad de sus ejecuciones, llegando los protagonistas a colgarse en el vacío para frenar estas moles de miles de kilos en los repiques, una faena que requiere hasta de una veintena de campaneros.

No existe inventario oficial de campanas, pero en el listado que este hombre llevó a cabo por encargo del ministerio de Cultura en catedrales -y de cuyos estudios y argumentarios se ha valido Unesco para la declaración- se detallaron 1040 bronces, en su mayoría altamente centenarios y con bastante mala conservación.

En España la campana más antigua en uso es de 1219, Wamba, nombre que atiende al tiempo del rey visigodo en que fue hecha. Está en Oviedo. A Andalucía corresponde la más vieja de Europa, la del Abad Sansón, del 830, pero de muy reducida dimensión. No es única joya: toda esta pléyade de bronces de la Giralda es un auténtico tesoro, tanto por su disposición como por el peso, y cuyo mantenimiento obligó hasta una decena de campaneros. El diamante, la campana del reloj, que sirve de contrapeso al Giraldillo. Es de 1400, cuando se inició la espadaña cristiana..

Fabricar una campana es todo una obra de arte: No sólo por el diseño y dibujo a que obliga un molde para la fundición; Hay que mezclar los metales necesarios para darle timbre y sonoridad. La relación cobre-estaño está en torno al 80/20%, pero además se han de añadir zinc, antimonio, fósforo, aluminio y plata...María del Mar y Alberto son copropietarios en Torredonjimeno de una de las 5 últimas fundiciones que quedan en España. Í

Campana deriva de la región italiana de Campania y su uso en Europa se introdujo hacia el siglo V para actos litúrgicos. En España hay referencias desde el 842, pero hasta el siglo XVI no llegaron a adquirir enormes tamaños. Hoy la mayor permanece muda: Es la Campana Gorda de Toledo, con una fisura en sus 17 toneladas.

Los toques de campana no sólo han servido para informar de oración, procesiones, difuntos o rogativas... También han estado en lo civil: por inicio de trabajos, agrupación del ganado, aviso a fuego y tormentas, o toque de queda. Pero hay más: es el caso de este músico reconocido a escala internacional por sus conciertos de campanas…

Podríamos analizar la musicalidad, leyendas, personajes literarios y hasta expresiones lingüísticas que han posibilitado o inspirado las campanas; algunos tan patrios, como los rifirrafes entre Almanzor y Alfonso X o el Monte de las Ánimas de Bécquer, o bien foráneos, como el Cuasimodo de Notre Dame o la propia Big Ben que da nombre al reloj más famoso del mundo; pero preferimos dar protagonismo a los que de verdad saben por qué debía ser declarado el toque manual español patrimonio cultural inmaterial por Unesco. Desde el micalet de la Catedral de Valencia el toque de vísperas de primera clase, que anuncia en un día de fiesta que el coro va a cantar. Instrumentos, 11 bronces fundidos desde 1305 a 1735… Para que, como dijo el poeta John Donne, ya nunca preguntes por quién doblan las campanas; doblan por ti..