El alpechín, de problema medioambiental a fuente de riqueza
Las orujeras son ya capaces de reutilizar el cien por cien de los residuos de la molienda de la aceituna.
El sector del aceite de orujo genera más de 18.000 puestos de trabajo.
Factura más de 350 millones de euros al año.
La mayor parte de las orujeras están en Andalucía.
El alpechín ha sido históricamente uno de los principales problemas medioambientales del sector aceitero.
Sin embargo, desde hace más de una década las extractoras y refinerías de aceite de orujo de oliva han invertido millones de euros para convertirse en una industria sostenible compatible con el medio ambiente.
Las orujeras son ya capaces de reutilizar el cien por cien de los residuos de la aceituna.
El sector del aceite de orujo de oliva es clave en la industria agroalimentaria de la España del siglo XXI, ya que actualmente en las orujeras se valorizan absolutamente todos los restos que quedan durante la producción del aceite de oliva.
Por cada 100 kilos de aceituna que entran en una almazara, solo 20 se transforman en aceite de oliva, mientras que los otros 80 kilos son orujo graso húmedo o alpeorujo, compuesto por restos de piel, de hueso, de pulpa y de agua.
La inmensa mayoría de las orujeras están en Andalucía. Se trata de una industria que ha sabido adaptarse a las necesidades medioambientales actuales.
El orujo ha dejado de ser un problema medioambiental y se ha convertido en una auténtica fábrica de riqueza. Con una facturación superior a los 350 millones de euros al año, el sector del aceite de oliva de orujo genera más de 18.000 puestos de trabajo, entre directos e indirectos.
