Baltasar Garzón reflexiona sobre los riesgos del populismo

El jurista Baltasar Garzón ha comentado este miércoles en Despierta Andalucía que la no renovación del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) es un riesgo para "la credibilidad del propio sistema".

Duda de que se vaya a solucionar pronto, si bien matiza que "una cosa es la que se dice y otra la que se piensa, y negocia, sin que salga a la opinión pública". Por ello, entiende que "puede ser positivo escenificar un desacuerdo para que luego el acuerdo se produzca".

Eso sí, incide en que es "inaceptable que llevemos más de tres años sin renovación porque hay un interés de un partido específico, en este caso el PP, en que esas mayorías no cambien, y eso es desnaturalizar el sistema democrático". Ha recordado que "el CGPJ nos representa a todos los ciudadanos porque tiene competencias que nos afectan a todos".

Presente esta semana en Torres (Jaén), su localidad natal, con motivo de un curso de verano de la Universidad de Jaén sobre derechos humanos, el abogado habla también de los discursos de odio. Cree que "una parte especialmente vulnerable es la preadolescencia y adolescencia y, por tanto, ahí hay que focalizar todas las medidas educativas", en las que cree que "no se deberían tener en cuenta las diferencias" entre los grupos políticos, "sino, de una vez, primar el beneficio de la sociedad".

Habla también de su último libro, 'Los disfraces del fascismo'. "Con otros nombres y otras características, pero las sustanciales del fascismo, este sigue existiendo, y en España también", dice. Está convencido de que "usa los resquicios de la democracia para intentar implosionar el propio sistema", y en las redes sociales han encontrado una herramienta "y las utilizan muy bien". 

En esta línea, reflexiona: "El populismo y el fascismo recorren una parte del camino juntos. El populismo puede ser de derecha o izquierda, pero su génesis está más vinculada con la primera", relata.

"En España tenemos el ejemplo de Vox y estamos en ese momento de inflexión en el que de la extrema derecha populista se puede pasar al fascismo cuando se discuten y tratan de eliminarse los derechos consolidados y cuestionar conquistas que nos dan el sentido democrático del sistema en el que vivimos", concluye.