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El 7 de junio, Jenson Button conseguía su quinta
y última victoria de la temporada. Mientras los demás
equipos reaccionaban ante los famosos difusores de Brawn GP,
esto y un par de podios más bastaron al británico
para proclamarse campeón del mundo.
El único equipo que pudo seguir la estela de la escudería
de Ross Brawn fue Red Bull, hasta el punto de que Sebastian
Vettel arrebató en la última carrera el subcampeonato
a Rubens Barrichello, hoy ya nuevo piloto de Williams.
McLaren fue la mejor escuadra histórica en reaccionar,
después de haber cosechado seis "ceros" en nueve
carreras hasta julio. Hamilton ganó en Hungría,
fue segundo en Valencia y sumó otro "diez" en Singapur,
para maquillar la temporada
Debacle de Ferrari, con un solo triunfo (Raikkonen en
Bélgica) en todo el año, ello unido al accidente de
Massa. Todas sus esperanzas están depositadas en el fichaje
de Fernando Alonso, cuyo último año en Renault
no pudo ser peor.
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