Los grafitis hacen de Málaga su museo más alternativo
¿Vandalismo o expresión artística? ¿Dónde está la línea? ¿Por qué unas veces se llama arte urbano y se financia y otras se multa?
En Los Reporteros recorremos las calles de Málaga y hablamos con sus más cotizados artistas
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Los grafitis se han convertido en una moda creciente que está cambiando la fisonomía de la capital malagueña. Algunos de estos murales llevan la firma de reconocidos artistas y sus obras, estampadas sobre hormigón o ladrillo, son un atractivo turístico más, un museo al aire libre. Alejo es especialista en arte urbano y a Los Reporteros nos sirve de guía por las calles de Málaga, un recorrido por este arte urbano que para algunos es vandalismo.
Recorremos el Soho de Málaga, antes una zona degrada, cercana al puerto y al centro de la ciudad, que el Ayuntamiento decidió potenciar como el nuevo barrio de las artes. Así nació en 2013 el proyecto Maus. Financiado con fondos europeos, convocó a algunos de los artistas urbanos más reconocidos del mundo. Durante unos días, en puntos concretos, una práctica habitualmente prohibida, como pintar en el espacio público, no fue ilegal. Y nombres como Obey, Roa o D*Face, dejaron sus murales en la ciudad.
Dreucol es licenciado en Bellas Artes y compagina la creación con la investigación y la docencia. Ante las cámaras prefiere mantener el anonimato. Basta un paseo por las calles del centro para conocer su obra, la que hace libremente, no por encargo. En sus obras tira de ironía al escribir sin permiso el texto de la ordenanza municipal que prohíbe pintar sin autorización en un espacio público. Es otra forma de entender el arte en la calle. En sus últimas intervenciones está reciclando sus propios murales.
Lalone es otro malagueño reconocido entre los mejores artistas urbanos españoles. Comenzó escribiendo grafiti siendo un adolescente. En 2021 una pintura que realizó en la localidad malagueña de Alora fue reconocida como uno de los 25 mejores murales del mundo. Es autodidacta y ha convertido el muralismo en su profesión. Su último trabajo es una valla encargada por un colegio público. Una pared de 160 metros cuadrados. Con Lalone recorremos el barrio de Lagunillas. Donde él y otros muchos artistas han dejado su impronta en las calles. Los murales han puesto al barrio en el mapa del turismo cultural.
La ilegalidad tiene sus riesgos. Una sentencia judicial acaba de condenar a pagar una multa de casi 8.000 euros a un joven artista, al que los medios de comunicación apodaron el pintor dorado. Hace siete años con su espray tiñó de color oro algunas papeleras, un banco y otros objetos del mobiliario urbano. Con su acción, pretendía también invitar a reflexionar sobre las personas que viven en la calle.
¿Vandalismo o expresión artística? ¿Dónde está la línea? ¿por qué unas veces se llama arte urbano y se financia y otras se multa? Es el debate que se plantea ante casos como este.
El contenedor Cultural de la Universidad de Málaga ha organizado una exposición y una subasta de varias obras realizadas conjuntamente por artistas como Ángel Idígoras, Chema Lumbreras o Rogelio López-Cuenca. La intención recaudar fondos para pagar la multa.
