Delitos de odio: solo por ser quien eres

Son ya siete las personas detenidas por el crimen de Samuel Luiz. La última, esta misma semana. El joven falleció el pasado julio tras sufrir una brutal paliza por un grupo en el que nadie superaba los 25 años de edad. Un caso que aún está en fase de investigación para determinar si, el que fuera homosexual, resultó crucial para su asesinato. La muerte de Samuel ha vuelto a poner el foco en los delitos de odio. El rechazo y la intolerancia son su base. En el primer semestre del año, han crecido más de un 9%. ¿Cómo lo viven en el colectivo LGTBI?. Nos lo cuentan.

Antonio y Eva, dos de nuestros protagonistas, no se conocen. No comparten edad ni ciudad ni trabajo pero cuando cuentan su historia, sus vidas se entrelazan. Ambos han sufrido agresiones. Muchas verbales pero también físicas. De la más grave de Antonio no hay imágenes. Ocurrió en Sevilla, en julio de 2007. "Cogieron al chico que lo había hecho, al día siguiente se interpuso la denuncia. Fue el juicio, al que él no se presentó."

La última agresión a Eva se hizo viral en la redes sociales. Fue el año pasado en Barcelona. Un grupo de personas la atacó con brutalidad. Golpes, puñetazos... Antonio y Eva fueron agredidos solo por su condición sexual, por su identidad de género.

En A Coruña, las flores recuerdan a Samuel Luiz. Aquí, el pasado 3 de julio, este joven fue golpeado hasta la muerte por una pandilla de entre 16 y 25 años. Según los testigos, al grito de maricón. El caso aún está investigándose. Siete personas fueron detenidas, la última esta misma semana. La fiscalía habla de asesinato y las acusaciones barajan el agravante de delito de odio.

Cuando hablamos de delitos de odio, ¿a qué nos estamos refiriendo? Enrique Pedrós, fiscal delegado de delitos de odio, explica que "es la expresión de la intolerancia y el rechazo hacia un grupo de personas o hacia algunas determinadas porque pertenecen a esos grupos que se caracterizan por su ideología, por su religión, creencia, identidad, orientación sexual por razones de género, enfermedad, discapacidad. No solo se ataca a esas víctimas si no que se quiere atemorizar a todo ese colectivo"

En el primer semestre de este año, se presentaron ante la policía y la guardia civil 610 denuncias por delitos de odio. La mayoría, por agresiones físicas.

Asesinato homófobo o no, el crimen de Samuel ha provocado indignación y la respuesta en la calle. También, preocupación por las estadísticas. Según el ministerio del interior, los delitos de odio aumentaron un 9´3% en el primer semestre de este año con respecto a 2019. La identidad de género y la orientación sexual ocupan el tercer lugar. En Andalucía se producen el 12% de los delitos de odio cometidos en España, unas 200 denuncias. El 20% son delitos por orientación sexual o identidad de género.

"Estamos notando cada vez más una falta de respeto cada vez mayor a aquellas personas que, simplemente, su ideología, su condición sexual, por razones de género, etcétera, no coincida con la de otras personas", dice el fiscal.

Raúl González, presidente Fundación Triángulo, lo ven "con profunda desazón por el aumento, el incremento, tanto en número como en intensidad de los delitos de odio. Creemos que es una etapa que no sabemos muy bien si viene desde la pandemia que tras muchos meses metidos todas las personas han exacerbado sus puntos de vista o bien era un mar de fondo que venía de una etapa anterior ".

"A una persona lo apalean hasta matarlo es que lo que hay instalado en esas cabezas, es un bicho que se llama intolerancia que se cree legitimado a hacerlo. Esa legitimación individual que en lo colectivo se recrea y se aumenta y viene a decirnos, cuidado que tenemos un problema de unas dimensiones muy graves", cree González.

Con solo 19 años, Eva Vildosola, transexual, tiene ya una vida para ser contada, y así lo ha hecho en un libro. Su título lo resume todo, "Me llamo Eva, mi lucha por ser mujer". Influencer con miles de seguidores, por las redes le llegan mayoría de apoyos pero también, insultos y amenazas.

Casi el 90% de delitos de odio por orientación sexual e identidad de género no se denuncia. La sensación de impunidad que suponen las redes sociales es solo eso, una sensación. Porque puede ser incluso un agravante de estos delitos, penados con hasta cuatro años de prisión. Las fuerzas de seguridad tienen equipos especializados en investigar en las redes. Agentes que ocultan su rostro y su nombre para proteger su trabajo. El problema es la infradenuncia, es decir, que hay más agresiones de las que llegan a comisaría. Solo una de cada diez agresiones se denuncia. 

Para facilitar esas denuncias y acompañar a la víctima, en Córdoba, Málaga y Sevilla los colegios de abogados han creado turnos de oficio. Andalucía, además, se va a convertir en la segunda comunidad, después de Madrid, en personarse en los procedimientos de delitos de odio e incluir en la legislación la formación de los profesionales de la justicia.

Y en este contexto, ¿cuánto daño hace una denuncia falsa? El pasado 5 de septiembre, un joven de 20 años denunció haber sufrido una brutal agresión en Madrid que resultó no ser cierta y derivó, incluso, en enfrentamiento político. La supuesta agresión se produjo en el ámbito de la prostitución y el joven intentó con la denuncia ocultar que la ejercía. La fiscalía investiga si el caso es una simulación de delito o una denuncia falsa.

El fiscal Enrique Pedrós explica que "en la fiscalía no hemos encontrado ninguna, declarada como tal denuncia falsa. Pero, en todo caso, la existencia de una denuncia falsa lo que no puede hacernos olvidar la realidad de los ataques que se producen contra personas por su condición sexual o por razones de género".