Tierra y Mar

Garbanzos con denominación propia

Calidad, Tradición, Trabajo. Viajamos a los Campos de Tejada, entre Sevilla y Huelva dónde este año se espera una buena campaña del Garbanzo.

Un producto, consolidado en esa comarca, donde el suelo, favorece el cultivo de este producto: blanco, lechoso, de gran calibre, que ha conseguido, por méritos propios, distinguirse en el Mercado como un garbanzo de primera calidad.

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La cooperativa Campo de Tejada tiene más de cuarenta años de antigüedad y hoy la forman 1.200 socios. Es una de las más grandes de Andalucía occidental. Y el garbanzo es precisamente el producto que le ha dado fama a la cooperativa y a su pueblo, Escacena del Campo.

Por eso lograron en 2013 la Indicación Geográfica Protegida. Y por su labor de búsqueda de la calidad recibieron el último premio Andalucía de Agricultura. A pocos kilómetros de la cooperativa, Manuel prepara el tractor para la siembra. Su padre fue el primer presidente de la sociedad.

La tierra de esta zona es ideal para el garbanzo.  Pero también es un cultivo delicado, muy sensible a los hongos. En particular a un hongo de tierra llamado fusarium. En el laboratorio de la cooperativa, la investigadora lleva quince años intentando solucionar el problema. En colaboración con la Universidad de Córdoba y el IFAPA, el Instituto de Investigación Agraria de Andalucía, han desarrollado una investigación única en España.

Y han logrado también que no haya que esperar diez años para repetir cultivo. Por esta investigación, Inmaculada ha sido nombrada embajadora del garbanzo, en la campaña 'Garbanzo en femenino' de la cooperativa de Escacena. Otra de las embajadoras este año es María Rosa, agricultora de cuatro generaciones. Sin embargo, no ha querido que sus hijos se dedicaran a esto. El garbanzo, en esta zona, es toda una tradición. La cosecha pasada no fue abundante, debido a la sequía,  pero este año se prevé aumentar la producción.

Además, en la nueva Política Agraria Común se fomenta la siembra de leguminosas como forma sostenible de enriquecimiento de la tierra. Las nuevas variedades intentan adaptarse también al cambio climático y a la falta de agua en invierno. Una nueva campaña y otra vez mirando al cielo. Pero la demanda aumenta y los precios acompañan. Los consumidores vuelven a los productos saludables.