Adiós a las comuniones de antaño, hoy se celebran como las bodas
La forma de celebrar la comunión de los más pequeños ha cambiado de forma radical en las últimas décadas. Uno de esos cambios han sido los recordatorios del evento.
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Hasta hace relativamente poco, las comuniones eran una fiesta muy austera, en la que simplemente se hacía una merienda en casa con los amigos y familiares más cercanos. En la actualidad, las cosas son muy distintas, llegando a convertirse en una gran celebración de las dimensiones de una boda.
Antiguamente se utilizaba la típica "estampita" con la palomita o el Cáliz, pero hoy la demanda es crear una recordatoria personalizada. Para ello, los padres proporcionan fotos del niño vestido de comunión, el peinado o adorno que lleva ese día, y hasta datos sobre sus aficiones y mascotas.
Además de la recordatoria, se personalizan también, la tarjeta del menú, la portada del álbum de fotos, el libro de firmas e incluso las etiquetas que se dan en el regalo a los asistentes.