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Alcohólicos rehabilitados toman la voz en Los Reporteros

Nueve de cada 10 españoles bebe habitualmente y casi un 9% lo hace a diario. 

El alcoholismo es en Andalucía la adicción que más se trata en las terapias de desintoxicación.

En Los Reporteros hablamos con enfermos en el Día Internacional Sin Alcohol. 

CANAL SUR MEDIA 20 noviembre 2022

El consumo de alcohol está normalizado en nuestra sociedad: nueve de cada 10 españoles bebe habitualmente. Pero en ocasiones el consumo se vuelve excesivo y termina en adicción. Esta semana se ha celebrado el Día Mundial sin Alcohol. En Los Reporteros escucharemos a quiénes, de forma anónima o dando la cara, nos hablan de su enfermedad, porque así la considera la Organización Mundial de la Salud. Una enfermedad que no tiene cura, aunque asumirla, y en eso coinciden los afectados, es el primer paso para recuperarse.

Y hablamos en primer lugar con Toni Zenet, el cantante, cuya relación con el alcohol "era enfermiza. Esto es una enfermedad". Como él, el ilustrados Santiago Sequeiros confiesa que "tenía muchos complejos, sigo teniéndolos, y me sentía cómodo estando borracho".

España ocupa el séptimo lugar en el mundo en consumo de alcohol. 9 de cada 10 españoles bebe habitualmente y casi un 9% lo hace a diario. El alcoholismo, declarado desde el siglo XX enfermedad por la OMS, causa tres millones y medio de muertes al año en el mundo. En Andalucía, el alcoholismo es la adicción que más se trata en las terapias de desintoxicación

Entramos en una reunión de Alcohólicos Anónimos donde enfermos como Zenet y Sequeiros se apoyan unos a otros para alcanzar la sobriedad y mantenerse. "La ayuda del grupo es fundamental. Las reuniones es lo principal. Si hubiera dejado las reuniones, hubiera vuelto a beber", dicen. El Día sin Alcohol, para ellos, no es una efeméride en el calendario sino el reto con el que se levantan cada día. Pertenecen a uno de los 76 grupos de Alcohólicos Anónimos que se reúnen cada semana en distintos puntos de Andalucía. Alcohólicos Anónimos nació en EEUU en 1935. Está presente en 180 países y tiene más de dos millones de miembros.

La mayoría son hombres, aunque en los últimos años ha aumentado el número de mujeres que piden ayuda. Personas de todas las edades, profesiones y condición social que mantienen su anonimato, porque el alcoholismo es muchas veces una enfermedad oculta, casi invisible.

Durante seis años, Toni Zenet, estuvo en tratamiento para superar su adicción al alcohol. Lleva ocho sin beber y se ha quitado los complejos para hablar y hacer visible esta enfermedad sobre la que hay "una gran vergüenza social". Esta adicción es, cree, como el pico del iceberg: "Debajo del agua está la enfermedad". 

Santiago Sequeiros también lo entiende así. Cree que su adicción se debe a que "hay un hueco que está ahí. Tiene que ver con la autoestima, tiene que ver con la gestión de las emociones y todo lo que distraiga, (…..) para no sentir". Esa vulnerabilidad emocional está detrás de muchas vidas que acaban siendo gobernadas por el alcohol. Santiago Sequeiros comenzó a beber con 17 años. Es ilustrador o dibujero como a él le gusta decir.

Sequeiros publicó viñetas en la legendaria revista Totem y, en 1996, fue autor revelación en el Salón Internacional del Comic de Barcelona. En esos años comenzó a idear Romeo Muerto. Un tebeo que ha publicado casi dos décadas después y donde vuelca muchos de los demonios de su destructiva relación con el alcohol. Recurrió varias veces a terapias para desintoxicarse. La primera, aguantó 5 meses sin beber, la segunda no llegó a 15 días. En el camino iba perdiendo pedazos de vida hasta que aceptó su enfermedad. A conseguir esa aceptación, ayuda verte reflejado en el espejo de la experiencia de otras personas que también han tocado fondo. Es una de las claves de los grupos de Alcohólicos Anónimos.

Zenet ingresó en una clínica para curar su adicción y, en el proceso de rehabilitación, decidió formarse como terapeuta en drogodependencia. Su proyecto es aplicar la música y el arte en los tratamientos. Hay que sanar muchas emociones. Sequeiros buscó la tranquilidad. junto al mar, en un pueblo de Almería. Lleva 11 años sin beber alcohol.

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