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Las enfermedades emergentes, el reto sanitario del siglo XXI

La detección de nuevas enfermedades infecciosas y la reaparición de otras que creíamos superadas o desaparecidas se ha convertido en un auténtico problema de salud pública y en un reto para la ciencia y el sistema sanitario.

La viruela del mono es el último ejemplo, pero no el único, de las llamadas enfermedades emergentes, unas patologías que proceden de lugares muy lejanos y que han llegado hasta nosotros para quedarse ¿Estamos preparados para prevenirlas y contenerlas? Abordamos esta cuestión en Los Reporteros.

CANAL SUR MEDIA 19 junio 2022

Si algo hemos aprendido de la Covid, nos recuerda el jefe del Departamento de Enfermedades Infecciosas, José Miguel Cisneros, es que las enfermedades emergentes, aquellas que nos asaltan por sorpresa y para las que no hay nunca una respuesta inmediata, deben tomarse muy en serio. "Sin duda, las grandes ciudades, con al concentración de personas vulnerables, son escenarios ideales para la trasmisión de enfermedades por vía aérea y esto lo hemos vivido recientemente con el coronavirus, el nuevo coronavirus", asegura el experto.

No solo la Covid, también el dengue, la leismaniosis, la malaria, la chiconguña, la fiebre del Nilo, el VIH,... siete de cada diez enfermedades emergentes que padecen los seres humanos proceden de animales infectados. Es lo que se denomina zoonosis, un episodio generalmente vírico que representa una amenaza cierta para la salud pública a nivel mundial.

Y al igual que el resto, también la viruela del mono debe su expansión fundamentalmente, a dos factores: la globalización - sobredimensionada por el turismo masivo y los intercambios comerciales a gran escala, - y por supuesto, el cambio climático.

El pasado 7 de mayo, Londres dio a conocer el caso de un paciente infectado por la viruela del mono. Y saltaron las alarmas, porque aunque la enfermedad se conoce desde los años cincuenta, se daba por sentado que era una patología circunscrita a once naciones del África central y occidental. Nunca se había extendido más allá de ese continente. Nunca hasta ahora. Hoy por hoy, 28 países de todo el mundo, entre ellos España, han reportado casos del denominado 'Monkey Pox'. El brote parece haberse generalizado y aun así, desde Granada, el profesor de la Escuela de Salud Pública, José Martínez Olmos, se muestra prudente. A su juicio, estamos muy lejos de hallarnos en una situación ni siquiera parecida a la vivida con la Covid-19.

El director de Salud Pública de Andalucía, Nicola Lorusso, nos confirmaba la existencia de 15 casos en la comunidad. Todos evolucionan bien y no han precisado ingreso hospitalario, aunque permanecen aislados en sus domicilios, con lo síntomas propios de esta 'patología, similares por cierto a los de la viruela común: fiebre, dolores musculares, agotamiento, inflamación de los ganglios linfáticos y erupciones cutáneas.

La Comisión Española de Salud Pública acaba de aprobar un protocolo de vacunación frente a la viruela del mono, aunque la disponibilidad de dosis es todavía mínima. Por debajo incluso del número de pacientes diagnosticados. 200 viales en todo el país para trescientos casos ya confirmados en España. Así que la prioridad será vacunar a aquellas personas inmunodeprimidas que hayan estado en contacto estrecho con un caso positivo. Es una simple prevención. Las autoridades sanitarias descartan que el brote pueda derivar en pandemia.

Conocer de cerca el patógeno al que el sistema sanitario se enfrenta y diferenciarlo de la viruela tradicional, o incluso de la varicela, es la tarea de la que se hace cargo el equipo multidisciplinar que dirige José Antonio Lepe, jefe del Servicio de Microbiología del HVR, un departamento que junto al del Hospital Clínico San Cecilio de Granada realizará la secuencian genómica del virus que provoca la viruela del mono.

José Antonio Lepe asegura que la importancia de secuenciar un virus es conocerlo en su totalidad, es decir, es saber exactamente a que nos estamos enfrentando. Las técnicas de diagnostico convencionales nos revelan la presencia o ausencia de un agente patógeno, pero cuando secuencias ya conoces exactamente la composición genética del virus, para poder establecer su relación con otras detecciones en otras zonas del país o del mundo, esto es muy importante porque la enfermedad infecciosa tiene un trasfondo también epidemiológico.

Y la tarea no se presenta fácil. El virus de la viruela del mono es siete veces mayor que el virus que provoca la Covid, una envergadura que, lejos de simplificar el proceso, complica el rastreo y la identificación de una secuencia genómica correcta.

Mientras tanto, y a la espera de un tratamiento eficaz y el desarrollo comercial de una vacuna específica, el Ministerio de Sanidad ha establecido con las comunidades autónomas un protocolo de detección precoz que permita al sistema sanitario anticipar una respuesta terapéutica adecuada.

Las enfermedades emergentes, sin embargo, requieren de un cambio de paradigma, nos dicen los expertos. La Covid 19 no solo puso a prueba nuestra capacidad de respuesta. También evidenció las debilidades de nuestra sistema sanitario. De lo que hayamos aprendido dependerá como sea nuestra respuesta sanitaria en el futuro.

En los últimos 25 años han rebrotado una treintena de microrganismos potencialmente peligrosos, que creíamos desaparecidos, agotados, dispersos o inofensivos. El problema es que siguen aquí porque nunca se han ido del todo. Sobreviven agazapados, superando hábilmente las barreras que separan a los animales de los seres humanos. Cortarles el paso: ese es el reto.

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