Huelgas y escasez de personal cuestionan el modelo del negocio aéreo

Las huelgas en distintas aerolíneas o la escasez de personal están provocando la cancelación de vuelos, retrasos y largas colas en los aeropuertos de todo el mundo. Congestión que da al traste con las vacaciones de muchos ciudadanos y que lleva a cuestionar el modelo de negocio de algunas compañías. El alza del combustible y la inflación debilitan aún más a un sector que no ha previsto bien la alta demanda de vuelos que se ha producido este verano tras dos años sin poder viajar por la pandemia.

Huelgas de aerolíneas en todo el mundo, sobre todo las de bajo coste. Ahora cuando, tras dos años sin poder viajar con garantías plenas a cualquier rincón del planeta, hemos redescubierto todos de golpe nuestro afán por volar. La compañía escandinava SAS se declara en quiebra y otras registran fuertes pérdidas

La alegría de viajar tras dos años de pandemia ha tornado en decepción y enfado en cuestión de horas para muchas familias. Familias que ya estaban en tránsito a sus vacaciones, que no han sido ni la mitad de las previstas: según un sondeo de Sigma Dos publicado por el diario el Mundo, un 42% de los españoles ha modificado sus planes de verano por el alza de precios. Un 16% ha cancelado directamente sus vacaciones.

Tenemos pues dos escenarios negativos y uno positivo. Los negativos vienen marcados por la inflación galopante y las huelgas. El positivo, nuestras ganas de vivir. Veremos quién puede más.

Empezamos por vislumbrar los motivos de estas huelgas que han llevado, sobre todo a las compañías de bajo coste, a cancelar miles de vuelos en todo el mundo. Sólo en Málaga hubo 20 cancelaciones la semana pasada. Ryanair ha confirmado nuevos paros, entre los días 12 y 28 de este mes, en los 10 aeropuertos españoles donde opera. En Andalucía, los de Sevilla y Málaga.

Las cancelaciones de vuelos tienen consecuencias graves. Ryanair anuncia subida de precios y augura el final de los vuelos de bajo coste por insostenibles. Para las reclamaciones, lo primero es perder el miedo. "Es cierto que muchos usuarios desisten del intento porque el procedimiento se le puede hacer farragoso, porque puede tener la sensación de que está peleando contra molinos de viento, contra gigantes del sector pero la realidad es que cuando se tramita la reclamación de una manera correcta normalmente va a tener la indemnización correspondiente", dice José Carlos Coutiño, de la OCU.

"El usuario ya tiene derecho a la devolución del importe del pasaje que debe hacerse en un plazo máximo de siete días pero además tiene derecho a una serie de indemnizaciones que se establecen de forma automática. Cuando el vuelo es inferior a 1.500 KMS se establece una indemnización de 250 euros, cuando está entre 1.500 y 3.500 kilómetros se establece en 400 euros y para vuelos de larga distancia de más de 3.500 kilómetros la indemnización sería de 600 euros", insisten desde la OCU.

El primer escenario negativo puede que se salve. Es más, la patronal de agencias de viajes ve este escenario como recurrente y no preocupante. Luis Arroyo, Presidente Federación de Agencias de Viaje, asegura que "en este caso concretamente son dos compañías aéreas las que están convocando huelgas de personal. Yo he hecho consultas a las agencias andaluzas y realmente no hay un problemas importante, no hay muchísimas cancelaciones, hay cancelaciones puntuales, como también las hay normalmente, diariamente en los aeropuertos por distintas circunstancias, con lo cual no está siendo un caos ni mucho menos la huelga de estas compañías".

Vayamos pues con el segundo escenario negativo. Este es muy negro. La cifra de inflación del 10,7% en junio no puede traer nada bueno. Los precios de los carburantes castigan aún más a las aerolíneas. Según Manuel Hidalgo, profesor de Economía de la Universidad Pablo de Olavide, "tendremos que elegir entre susto o muerte: susto es entender que nuestro sueldo no va a dar para lo mismo este año, ni el que viene ni el otro, que el año pasado, o bien entender que muchas personas tengan que perder sus puestos de trabajo a cambio de una contención de los precios".

Es decir, cuidado con las exigencias de subida de sueldo. Que tienen un efecto perverso también. Esto, que es difícil de digerir, nos puede llevar si no nos contenemos, a la temida estanflación, paro más inflación, la ecuación negra de las peores crisis. "En los 70 que fue la gran estanflación, se permitió ese círculo vicioso durante más de un decenio, eso generó una situación muy mala para occidente. La lección está aprendida, ya que la subida de tipos en USA y en Europa en los próximos meses evitará que eso ocurra, pero a cambio de una recesión en los próximos meses", dice Hidalgo.

Tenemos que pasar por una recesión, un decrecimiento, que ya está apuntando en Alemania y Estados Unidos, para superar la maldita inflación. ¿Y qué tiene que ver todo esto con mis vacaciones? EasyJet, British Airways, Lufthansa o KLM-Air France tienen problemas serios de personal, entre otras cosas, según los sindicatos, porque los salarios que perciben "no les permiten pagar alquileres ni el nivel de vida de las ciudades a las que van". 

Para adornar aún más este galimatías, tenemos el Brexit, que siempre aparece en estos escenarios. Nadie previó las colas en las aduanas. Y llegó el verano.

El mundo ha pasado en apenas 24 meses de tener todos los aviones parados a tenerlos todos en el aire. Nuestra economía se ha comprimido tanto que cuando han soltado el tapón, ha saltado por los aires. Y con una guerra de por medio. El aterrizaje de todo esto es imprevisible, pero ahora toca irse de vacaciones.

Hagamos pues que los nubarrones económicos den paso al único escenario positivo posible: nuestras ganas de vivir y de viajar. Feliz verano a todos, para los que viajen y para los que no.