LOS REPORTEROS
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Crisis de suministros: ¿para cuándo dice que lo quiere?

A las puertas de la Navidad, estamos pendientes del colapso de las rutas marítimas entre Asia y Estados Unidos que amenaza el transporte mundial.

¿Quedarán los Reyes Magos atrapados en este atasco planetario?.

Lo analizamos en Los Reporteros.

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CANAL SUR MEDIA 12 diciembre 2021

Oferta y demanda, valor y precio. De esta ecuación depende la cuenta de resultados de una multinacional o la buena marcha de una pequeña tienda de barrio. Hace meses, sin embargo, que el engranaje no responde al impulso y, aunque es poco probable que el sistema se detenga, la mera posibilidad de que ocurra ha encendido la luz de alarma.

Casi todo lo que se compra o se vende en el sur de Europa pasa primero por este puerto, el de Algeciras que solo en productos de importación y exportación mueve al año 400.000 contenedores. La crisis de los suministros aun no se percibe aquí, pero nadie aquí pierde de vista la situación excepcional por la que atravesamos: la demanda de bienes de consumo va más allá de lo que las empresas pueden fabricar y mucho más lejos de lo que los barcos pueden transportar de un lugar a otro del planeta.

Gerardo Landaluce, presidente de la Autoridad Portuaria de Algeciras, considera que "estamos viviendo consecuencias no sanitarias pero sí económicas. Básicamente, hemos estado 18 meses todos confinados, las empresas o bien cerradas o bien al ralentí y de repente, cuando la situación sanitaria lo ha permitido, la demanda de productos pues ha crecido, ha crecido de una forma importante. Y eso es lo que se está produciendo. Un desacople de oferta y demanda tanto a nivel de bienes de consumo como de producción y a su vez la logística asociada al trafico marítimo.

El colapso real se extiende a lo largo de la denominada ruta Trans-Pacifico, es decir, la que conecta los puertos de Asia, y muy especialmente los de China, con Estados Unidos. Pero es un atasco de tal magnitud que repercute en el resto de las rutas comerciales. De hecho, aquel buque que en este momento no esté navegando no llegará a tiempo de entregar la mercancía antes de Navidad.

Los semiconductores, popularmente conocidos como micro-chips, son indispensables en la industria de la automoción. Casi en su totalidad proceden de China y están llegando a cuenta gotas a las cadenas de ensamblaje. A medida que la fabricación de coches se ralentiza, los concesionarios no pueden ofrecer vehículos suficientes para responder a la demanda. Y las ventas, decaen, naturalmente.

José Carranza,l Gerente de Divesan-Vanauto, asegura que "podemos a estar un treinta por ciento menos de venta de esta época, pero no respecto a 2020 si no a 2019. El tema es que los coches como en todo ya no es eléctrico, ya es todo electrónico y el semiconductor es parte de cualquier circuito electrónico. No es que falle nada en concreto es que falta los componentes para que con una de las piezas que no funcione no se pueda fabricar y no pueda salir al mercado".

Según la patronal FACONAUTO, cien mil coches siguen a la espera de ser entregados a sus compradores. El estocaje está amortiguando el golpe, pero solo en parte. Si el cliente considera apropiado el coche que encuentre en la exposición, se lo llevará puesto. Pero si lo que busca es una configuración especifica, una motorización concreta o un color determinado, tendrá que esperar, sea cual sea la marca, posiblemente hasta bien entrado el año que viene.

Este desbarajuste comercial está teniendo efectos mucho más cotidianos. Este año, las cartas a los reyes se han adelantado en muchos hogares y las reservas de juguetes se están realizando con más antelación que nunca, por si acaso.

El sesenta por ciento de los juguetes que se encargarán estas navidades serán dispositivos electrónicos. Pero la carestía de suministros no afectará solo a consolas y aplicaciones digitales. La muñeca que llora, el superhéroe que golpea, el camión que se mueve, el dinosaurio que ruge o el dron que vuela hacen todo eso porque disponen en su interior de pequeños semiconductores. Y todos vienen de donde casi todo llega: China.

¿Y si lo que falta es papel,? ¿Y si es cartón lo que no llega a tiempo? Puede parecer un producto humilde, pero las editoriales no sobrevivirían sin ellos. La pandemia provocó una aumento exponencial de lectores, una excelente noticia para los editores de libros si no fuera porque el mercado se ha visto incapaz de generar todo el papel necesario para publicarlos.

Luis Miguel Oliva, director de Ediciones Alfar. asegura que "no hemos visto venir que la demanda de compra de libros y publicaciones iba a ser la que ha sido, y eso con grandes empresas todavía en ERTE y con todavía muchos problemas a la hora de fabricar, pues ha provocado un atasco tremendo en lo que es la fabricación de papel y cartón para sacar novedades y reimpresiones". 

Y un segundo problema es el problema del precio. Un precio en origen que sube a medida que la materia prima escasea. Por si fuera poco, los grupos editoriales más potentes acaparan buena parte del poco papel que hay y los fabricantes especulan con la tarifa de lo que queda. Ante semejante panorama, las editoriales pequeñas solo pueden defenderse de una manera, "subiendo precios e intentando comprar a tiempo el papel que podamos", dice Oliva.  Lo que sin duda repercutirá en el volumen de ventas, justo ahora, en el meridiano de la campaña navideña.

Lo que necesitamos no solo llegará mas tarde de lo previsto, sino que cuando llegue, será más caro. La razón es muy simple. El 80 por ciento del tráfico internacional de productos comerciales lo hace por vía marítima. El problema es que, en las actuales circunstancias, faltan barcos. El precio de un flete se ha disparado, y los contenedores se subastan como si fueran de platino. Un sobrecoste que el consumidor final acabará pagando.

Tarde y caro. Ese es el panorama que se nos presenta a la vuelta de las vacaciones navideñas. La cuesta de enero promete ser un poco más empinada que de costumbre. Así pues, hagan hueco en sus bolsillos, si el salario se lo permite, claro.

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