LOS REPORTEROS
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¿Acabará la reforma laboral con la temporalidad en el empleo?

En España hay 20 millones de trabajadores temporales: un 27%, lo que nos ha valido el reproche de Europa.

Los Reporteros analiza con varios expertos los cambios pactados con los agentes sociales y su efecto sobre la precariedad.

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CANAL SUR MEDIA 9 enero 2022

Entre los importantes cambios que trae el año, el Real Decreto ley de medidas urgentes para la reforma laboral, publicado ya en BOE, espera ahora el refrendo parlamentario. Tal y como nos exigía Bruselas, tiene un objetivo clave: reducir la elevada tasa de temporalidad laboral de nuestro país. Es casi de un 27 por ciento: la más alta de Europa. 

Hagan la prueba: estampen su firma, digamos, cincuenta veces, consecutivamente. Es posible que muy pronto se cansen de hacerlo, que les parezca una propuesta sin sentido ni propósito, repetitiva, incluso irritante. Pues bien, uno de cada tres trabajadores de este país sobrevive haciendo eso precisamente, firmando uno tras otro decenas de contratos temporales.

Los nubarrones que se ciernen sobre este trabajador no son estrictamente meteorológicos. Precariedad e incertidumbres son las isobaras que alteran su vida cotidiana, que consiste en saltar de un contrato al siguiente, sin solución de continuidad y allí donde sea preciso. Francisco Javier Gomáriz cuenta que ha trabajado en "ocho ciudades en España, La Coruña, Burgos Alicante, Baleares Ibiza Mallorca… Es el paradigma del trabajador temporal y precario ya que en los últimos años ha firmado en torno a  cincuenta contratos: "Noo llevo la cuenta, pero cerca de cincuenta contratos, cada contrato con un cuadrante distinto".

Francisco Javier es un cualificado técnico aeroportuario que trabaja de forma intermitente desde hace quince años pero siempre para la misma compañía. Y aun así, todavía no ha logrado un contrato indefinido. El tiempo pasa, y la vida se complica.

"Teniendo contratos tan precarios es muy difícil aguantar, tienes que buscarte la vida", dice. "Cada vez que obtienes un contrato tienes que buscar un lugar donde vivir, en función del tiempo que vas a estar pues buscas un piso, a veces una habitación, en otras ocasiones un sofá, en el caso de las Baleares pasa bastante, y la verdad es que es bastante precario y no es digno".

Uno de cada tres trabajadores de este país podría contar experiencias parecidas. Más acuciantes, incluso. La temporalidad en España duplica la media europea y se ha convertido en una lacra que contamina el mercado laboral desde hace más de cuarenta años.

Jesús Cruz Villalón, Catedrático Derecho del Trabajo, explica que nuestras tasas de temporalidad se arrastran desde hace varias décadas. El tope se alcanzó a principio de los ochenta del pasado siglo "pero nunca hemos bajado del 25 por ciento, cuando la media europea es del 14 por ciento". Cree Cruz Villalón que "algo no funciona bien en nuestro mercado de trabajo cuando tenemos las tasas mas elevadas de temporalidad ye es porque las tasas de temporalidad y es porque la temporalidad se utiliza para lo que no debe utilizarse".

Contrataciones temporales no siempre debidamente justificadas y que incurren, con demasiada frecuencia, en fraude de ley. Solo el año pasado la inspección de trabajo detectó 260.000 contratos irregulares en España. Una vez destapado el fraude y para evitar la sanción, los empleadores se apresuran a transformarlos en lo que deberían haber sido desde hacia tiempo: contratos fijos.

José Antonio Amate, inspector de Trabajo, coincide en que "si estamos haciendo ese numero de transformaciones, tenemos un problema de fraude en la contratación temporal". El contrato tiene que ser de duración indefinida y, solo excepcionalmente, "es cuando se puede recurrir a la contratación temporal". La excepción convertida en norma de uso, casi siempre con procedimientos parecidos.

Cruz Villalón califica la temporalidad como "una especie de virus que contagia el resto de la vida laboral del trabajador, sus remuneración son menores, sus expectativas de promoción profesional son inferiores, sus posibilidades de formación profesional son mas reducidas, su flexibilidad en tiempos de trabajo son mas elevadas que el resto, luego contamina todo y por eso yo creo que si es adecuado decir que la temporalidad es un elemento de los mas importantes de precariedad en el mercado de trabajo".

Y de muestra, un botón: a lo largo del año 2019, es decir, justo antes de la pandemia, se firmaron en España cinco millones y medio de contratos de un solo día de duración.

No es solo abatimiento y falta de perspectivas. La precariedad del mercado laboral en España ha consolidado el perfil del denominado trabajador pobre, es decir, empleados que, aun teniendo trabajo, no logran salir adelante.

De tal forma que el mercado laboral de nuestro país se divide a partes iguales en dos segmentos claramente diferenciados. Por un lado, trabajadores con empleo estable gracias a un contrato indefinidos o a muy largo plazo. Por otro, trabajadores en precario ocupados de forma intermitente y a tiempo parcial. Es la denominada dualidad laboral, una anomalía, típicamente española que incide negativamente en la economía productiva.

Según el economista Manuel A. Hidalgo, "la dualidad el problema que genera es que provoca una economía a dos velocidades". La excesiva temporalidad española, que se da tanto en la empresa privada como en la función pública, ha sido una recriminación constante de la Comisión Europea y varias sentencias de Tribunal de Justicia de Luxemburgo han dejado en evidencia el marco laboral de nuestro país.

La nueva reforma laboral laboral aprobada con el consenso de la patronal y los sindicatos el pasado 23 de diciembre y que aun deberá ser convalidada por el Congreso de los Diputados pretende atajar el exceso de empleos temporales eliminando el contrato por obra y servicios e incentivando el contrato fijo-discontinuo. En cualquier caso, la nueva norma concede un máximo de 90 días al año para que las empresas realicen contratos eventuales en situaciones previsibles, como la navidad o las campañas agrícolas.

La reforma laboral del PP ofreció, según el economista Manuel A. Hidalgo, "recuperar el empleo perdido durante la gran recesión". Pero no fue gratuito ya que el mayor sacrificio fue la devaluación salarial.  Para el inspector de Trabajo José Antonio Amate, no aumentó la población activa sino que "lo que había es un reparto de las horas de trabajo, donde antes era un empleo para una persona ocho horas, de repente te cabían dos y hasta tres personas y muchas veces cometiendo algún que otro fraude porque descubrimos que empresarios o empresarias avispadas lo que estaban haciendo es le doy de alta por una hora o dos horas pero realmente echa ocho nueve o diez horas trabajando".

A partir de ahora, el Gobierno concederá tres meses a las empresas para que adapten sus contratos a la nueva legislación laboral. Sin embargo, los expertos consideran que acabar con el exceso de temporalidad dependerá no solo de la posible eficacia de la nueva legislación sino también y sobre todo de un cambio de mentalidad en las relaciones laborales.

"Deberíamos aceptar que un trabajador satisfecho en su trabajo, escuchado protegido es mucho mas productivo y por tanto si es productivo produce beneficios para la empresa", según Amate. Hidalgo cree que "lo primero que tenemos que hacer es facilitar la creación de un mercado de trabajo que genere ilusión que permita a las personas decidir que quieren ser en el futuro, y que mande un mensaje correcto y que facilite una proyección profesional porque si eso no lo logramos la economía en su conjunto avanzara y podremos mejorar en el futuro".

Mientras el debate prosigue, Francisco Javier apura las ultimas semanas en su centro de trabajo. Tres meses de contrato sustituyendo a un compañero de baja. Luego, ya veremos.

20 millones de trabajadores ocupados en España se preguntan cómo les afectara la nueva reforma laboral. Como será su futuro. Y sus empleos. Todo podría cambiar o seguir como hasta ahora. Lo sabremos cuando comprobemos cuantas firmas necesitaremos hasta encontrar un trabajo seguro y digno.

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