LOS REPORTEROS
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Fusión o divorcio, el eterno dilema de algunos pueblos

En Andalucía hay 35 entidades locales autónomas y todas están por debajo de la cota de los cinco mil habitantes que se les exige para constituirse en municipio

la ley establece un mínimo de 5.000 habitantes para que una localidad se constituya en municipio

De los 787 pueblos de Andalucía, solo 256 superan los cinco mil vecinos

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CANAL SUR MEDIA 1 mayo 2022

Segregación o unión. Muchos municipios andaluces libran durante años una larga batalla legal para conseguir algunas de ambas cosas. Los Reportores ha viajado hasta distintas entidades locales de Andalucía para tratar de entender el porqué y el cómo de estos peculiares procesos de divorcio o matrimonio.

En Tharsis, una localidad del Andévalo onubense que nació en los años cuarenta del pasado siglo y fue creciendo al ritmo de la pujante actividad minera. Hoy la mina está en desuso, pero el poblado de antaño es hoy una localidad de 1700 habitantes, casi la misma población que Alosno, el municipio matriz del que Tharsis depende y del que no ha logrado separarse, ni siquiera cuando todo parecía jugar a favor del divorcio.

La esperanza de Tharsis descansa ahora en el recurso presentado ante el Tribunal Constitucional y aunque la segregación parece estar condenada al fracaso, la distancia entre ambos pueblos persiste y va mucho más allá de los siete kilómetros que separan uno del otro.

En Andalucía hay 35 entidades locales autónomas y todas están por debajo de la cota de los cinco mil habitantes que se les exige para constituirse en municipio. Todas, menos una, Gaudalcacín, muy cerca de Jerez de la Frontera, cuyos habitantes, nos dice su alcaldesa, no se plantean la independencia aunque objetivamente la ley vigente podría permitirlo.

La clave es la cercanía y las ventajas que lleva aparejadas: A un par de minutos, en Jerez, Aeropuerto, hospital y centros educativos, por ejemplo. Pero también hay inconvenientes. Jerez de la Frontera es, después de Córdoba, la ciudad andaluza con el termino municipal más extenso, casi 1.200 kilómetros cuadrados.

El tamaño importa, pero solo a la ley que establece un mínimo de 5.000 habitantes para que una localidad se constituya en municipio. Lo que en sí mismo encierra una paradoja. De los 787 pueblos de Andalucía, solo 256 superan los cinco mil vecinos. Por si fuera poco, hay otras 220 poblaciones que ni siquiera alcanzan el millar de habitantes.

En los últimos cuarenta años, desde que El Ejido, en el poniente de Almería, se independizara de la localidad de Dalías, allá por 1982, un total 26 localidades andaluzas se han separado de los municipios a los que pertenecían, y aunque la evolución de cada uno de ellos ha sido desigual, todos iniciaron el proceso de segregación por una razón muy concreta.

Es el caso de La Guijarrosa, en Córdoba, que ya durante la II República reclamaba su identidad y trató de segregarse de la localidad de Santaella, el municipio matriz, a solo 10 kilómetros, pero con el que existen pocos vínculos. De hecho, un estudio encargado por el actual alcalde de La Guijarrosa reveló que en los últimos años apenas se celebraron matrimonios entre vecinos de ambas poblaciones.

Un proceso largo y no exento de tensiones. El pleno de Santaella de 2014, que acabaría dando luz verde a la segregación, terminó en algarada.

La Guijarrosa solo tiene 1400 habitantes, pero evitó los condicionantes de la ley de 2013 porque inició su expediente antes de que fuera promulgada.

Una circunstancia idéntica a la del El Palmar de Troya, en Sevilla; Fornes y Torrenueva Costa, en Granada; Fuente Carreteros en Córdoba; San Martín del Tesorillo, Cádiz, y La Zarza--Perrunal en Huelva. El 30 de octubre de 2018, La Guijarrosa se convertía también en municipio independiente.

Un alcalde que quiere y no puede, una alcaldesa que aunque puede no lo tiene claro y un alcalde que sí ha conseguido lo que quería. ¿Todo se reduce pues a seguir siendo dependientes o a lograr la independencia? El profesor de Geografía de la Universidad de Sevilla, Jesús Ventura, cree que hay un camino alternativo, inexplorado todavía y, a su juicio, mucho más eficiente: la comarca, constituida, no como una referencia geográfica, sino como una entidad jurídica que integrara en igualdad de condiciones a varios municipios.

La fusión de Don Benito y Villanueva, dos pueblos de Badajoz colindantes, y la inminente creación de un único municipio, va en la dirección apuesta a los procesos de segregación, pero parece ser un hecho puntual. El único caso similar que se ha dado en Andalucía, la unión de Peñarroya y Pueblo Nuevo, en Córdoba, sucedió hace más de cien años, y no parece probable que nada parecido vuelva a repetirse.

Sierras, campiña, marisma, dehesa o litoral. Andalucía es geográficamente diversa. También sus pueblos y ciudades. Y en ellos vivimos. Contentos de estar juntos, acostumbrados a estarlo o deseando separarnos.

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