El sobrepeso, la epidemia del siglo XXI

El verano está a la vuelta de la esquina y adelgazar se convierte en una obsesión para muchos. Seis de cada diez adultos tienen sobrepeso. La Organización Mundial de la Salud considera la obesidad ya como una epidemia. Ponerle freno es el reto pero eso no significa que tengamos que sucumbir a los cánones de belleza impuestos por la industria ni tampoco a la tiranía de las tallas.

A seis de cada diez adultos y a uno de cada tres niños les sobran kilos, una tendencia al alza en Europa. Las dietas milagro pueden resultar, a la larga, un mal aliado. La fórmula perfecta pasa por la dieta mediterránea y el deporte en nuestro día a día.

¿Cómo nos vemos.. ¿ qué imagen queremos transmitir? Cuando no existían los selfies, el ser humano se representaba a través de las artes, pintura, escultura, fotografía... En esta exposición del Ciaxaforum de Sevilla, La Imagen Humana, comprobamos cómo el canon de belleza ha cambiado a lo largo de los tiempos y ha dependido siempre del momento y del lugar.

Ahí están las figuras alargadas de los egipcios, en contraste con los cuerpos musculosos de los griegos... por no hablar de las formas redondeadas de las diosas indias. Pero, más allá de las modas, hoy nadie duda de que el peso y la salud van de la mano... ¿cómo hacemos entonces para encontrar, de forma saludable, nuestro cuerpo perfecto?

Miriam y Sonia, aburridas de no encontrar ropa juvenil de su talla, decidieron, hace cinco años, abrir su propio negocio. Desde Jerez venden a toda España prendas coloridas y desenfadadas, para esas mujeres hartas de vestir en tonos oscuros.

Un programa de televisión cambió la vida de Fran Benítez. La Báscula supuso un desafío para aquellos que, como él, aceptaron el reto de perder todos los kilos sobrantes, y llegar a alcanzar su peso perfecto. Tanto despertó su interés por la salud y el deporte que Fran decidió prepararse para trabajar como monitor de gimnasio. Nos reencontramos con él justo el día en que cumple 33 años.

La Báscula comenzó a emitirse en 2013 y ha sido un éxito en todas sus ediciones, porque no sólo se hacía un seguimiento multidisciplinar para la pérdida de peso de los concursantes, sino que se convirtió en un gran espacio de divulgación sobre la buena alimentación y la vida saludable. Enrique Sánchez , su presentador, fue alumno aventajado. Entró pesando 110 kilos y salió con 89.

Pero no todos han conseguido mantenerse, Fran y Enrique son casos excepcionales, porque en el programa, como en la vida, el 90 por ciento de los que han perdido peso, lo han vuelto a coger.

Los malos hábitos se convierte en una cadena en la que sigues hasta que, de pronto, una analítica con valores altos en ácido úrico y colesterol te obliga a parar. Eso fue lo que le sucedió a David Tamayo, que vivía anclado en un trabajo sedentario, el estrés y las malas costumbres alimentarias: un punto de partida para estudiar Dietética, que hoy es su profesión

Aprender a comer es una de las claves, un camino que comienza eligiendo lo que entra en la cesta de la compra. Es fácil perderse en la vorágine de la oferta del mercado... dejarse llevar por la sobreabundancia de envases atractivos. Los fabricantes se afanan en hacernos llegar mensajes prometedores. Pero hay que mirar con lupa lo que comemos.

El negocio ha rodeado siempre la pérdida de peso... dietas milagro, compuestos que prometen otro cuerpo... cremas, pastillas, quien más y quien menos sabe de lo que hablamos. El problema es que nos hemos olvidado de la dieta mediterránea, donde tienen especial protagonismo frutas, verduras y legumbres, y nuestro estilo de vida no es saludable.

La obesidad y sus complicaciones cuestan al sistema público de salud 25.000 millones en España. Y los expertos insisten: no hay más secreto que la disciplina y la constancia, tanto para llenar el frigorífico, como para dedicar un tiempo a mover el cuerpo, aunque no todo vale cuando se tienen esos kilos de más. Actividades como el fútbol, baloncesto y zumba provocan gran impacto en las articulaciones

La aparatología médica se pone al servicio de los que quieren resultados rápidos y no están dispuestos a pasar por quirófano. Una de las técnicas más solicitadas es la criolipólisis, que congela los depósitos de grasa, que luego el cuerpo se encarga de eliminar. Las máquinas nos pueden ayudar a remodelar la figura, pero de nada sirve someterse a uno de estos tratamiento sin un estilo de vida integral para mantener esos resultados.

El cuerpo perfecto ha sido siempre una cuestión de moda, una invención social que coloca volúmenes aquí y allá, y que a los dictados de pasarelas y revistas, ha llegado a reflejar adelgazamientos extremos que poco tienen que ver con la salud.

Muchos deportistas son estrellas de la moda y la publicidad. Venden lozanía, disciplina y talento... los nuevos dioses de la belleza. El músculo quema más del doble de calorías que la grasa, incluso en reposo. Un anuncio de una marca deportiva con distintos cuerpos de mujer ha sido, recientemente, causa de polémica en redes. Hay quien ha entendido que se hacía apología de la obesidad.

La cuestión es que hemos normalizado tanto la delgadez en la publicidad que ver modelos de distinta morfología sigue resultando extraño. Podríamos preguntarnos cuál es la intención real de las marcas: llegar a los cuerpos reales o provocar una publicidad gratuita.

También existe la obsesión llevada al límite por la comida sana, un trastorno denominado ortorexia. Alicia es especialista en trastornos alimentarios, la mayoría de sus pacientes son mujeres que a partir de la adolescencia tienen una relación patológica con los alimentos, por exceso o por defecto. Desde la obesidad a la anorexia hay un amplio abanico de casos: premiarse con un atracón después de un esfuerzo, comer en exceso por un duelo no superado, quedarse en los huesos por una baja autoestima. El error está en gestionar las emociones a través de la comida. Y lo peor, que podemos traspasar esas conductas a nuestros niños.

Para cuestionar los cánones de belleza establecidos, se ha creado el movimiento STOP GORDOFOBIA, cuyo lema es evitar la tiranía de la estética y el consiguiente acoso que reciben muchas personas desde la infancia.

Cien millones de neuronas viven en el aparato digestivo. Es por eso que al estómago se le denomina el segundo cerebro y es allí donde se reflejan nuestros pensamientos y emociones. Hace 25 siglos, en la antigua Grecia, ya se conocían los efectos en la salud de lo que nos llevamos a la boca, y el mismo padre de la medicina, Hipócrates, nos dejó una frase para no olvidar "que la comida sea tu alimento y el alimento tu medicina".