LOS REPORTEROS
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Ceuta: la frontera de cristal

Lo ocurrido esta semana en la frontera ceutí trasciende el frágil equilibrio migratorio y es diferente a cualquier episodio previo. 

Sus repercusiones políticas, económicas, diplomáticas y geoestratégicas serán extraordinarias.

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CANAL SUR MEDIA 23 mayo 2021

Los menores son las víctimas más vulnerables de la peor crisis migratoria que se recuerda en la ciudad autónoma de Ceuta. Cientos de ellos esperan todavía conocer su destino inmediato. Esta semana cruzaron, con la permisividad marroquí, la frontera del Tarajal, entre Marruecos y España, junto a otros miles de migrantes, causando una gran preocupación entre los ceutíes. Un capítulo más de un drama humanitario, de grandes dimensiones, al que la Unión Europea sigue sin encontrar solución. 

Lo ocurrido esta semana en la frontera ceutí trasciende el frágil equilibrio migratorio que se dirime desde hace décadas en la delgada línea divisoria entre dos continentes: ha ido más allá de lo que hasta ahora conocíamos, es diferente a cualquier episodio previo, y sus repercusiones políticas, económicas, diplomáticas y geoestratégicas serán extraordinarias. Ya lo están siendo, de hecho. Pero no solo se trata de eso. Tras el fragor de las noticias subyace una descarnada crisis humanitaria, lacerante y muy antigua, una crisis que aun no ha sido resuelta y que ha vuelto a convertir a miles de personas en moneda de cambio.

Nunca antes habíamos asistido a nada semejante. El pasado lunes y en apenas unas horas, alrededor de ocho mil personas cruzaron a nado la frontera, subsaharianos en su mayoría, pero también familias magrebíes al completo, incluido niños, una circunstancia inédita que el periodista Miguel Chaparro, durante varios años corresponsal de Canal Sur en Rabat, interpreta en el contexto de una pandemia que ha noqueado al norte de Marruecos.

"La pandemia ha sido tan dura como en España, el confinamiento ha sido más largo, y allí no existe el colchón social y económico que tienen los trabajadores en España. En la provincias del norte fronterizas con Ceuta y Melilla, Tetuán y Nador es especialmente dura porque tenemos que pensar que diariamente entraban en Ceuta y Melilla a trabajar unas 9.000 personas, 9.000 personas que desde hace mas de un año con las fronteras cerradas, no pueden acudir a sus puestos de trabajo en las ciudades españolas, una ruina para ellos".

El desbordamiento fue mayúsculo y puso a prueba la capacidad de respuesta del estado que reforzó el control fronterizo con unidades del ejército. Mientras las ONGs y las fuerzas de seguridad trabajaban a destajo, una imagen daba la vuelta al mundo: gendarmes marroquíes abriendo de par en par los portones fronterizos. Ya casi nadie niega que Rabat respondía así al acogimiento de Brahim Ghali, el líder del Frente Polisario, que Marruecos considera el enemigo publico número uno.

Miguel Chaparro cree que "detrás hay mucho más, no podemos olvidar que una de las ultimas cosas que hizo Donald Trump es firmar una declaración reconociendo la soberanía de Marruecos sobre el Sáhara occidental. Marruecos lo que ha intentado desde ese momento es que España y la UE se sumen a esa declaración". Y otro tema: en unos meses se espera que el Tribunal de Justicia Europea dictamine si los acuerdos de pesca firmados en 2019 son legales o no. "Por lo tanto es una estrategia de presionar a España y a la unión europea y haciéndolo con una de las armas que tienen, que es la inmigración". 

A tan solo 15 millas náuticas de Ceuta, en Algeciras, el profesor Jesús Verdú lleva días analizando con detenimiento el desarrollo de la crisis y las consecuencias que traería consigo. Y no oculta su preocupación. Ceuta no es solo un paso fronterizo entre España y Marruecos. Es también y sobre todo la frontera más al sur del continente europeo. "No es una crisis bilateral, es una crisis multilateral en el que debe entrar una actor clave en la resolución de la controversia que es la Unión Europea". 

Cooperación económica, gestión de los flujos migratorios y vigilancia de células yihadistas: Los tres elementos sobre los que descansa las relaciones de Bruselas con Marruecos son los instrumentos que el reino alahuí puede llegar a utilizar para tensar esas mismas relaciones si con ello obtiene ventaja frente a sus vecinos europeos. Madrid habla abiertamente de chantaje y Rabat guarda silencio.

"Está claro que Marruecos esta utilizando a los mas desfavorecidos como arma diplomática contra la UE, es un uso perverso", dice Chaparro. Y Jesús Verdú apostilla que "Europa no puede refugiarse detrás de una murallas insalvables y vivir en una burbuja en un mundo globalizado 0628 es decir, no se trata solo de una crisis puntual humanitarias, no se trata solo una crisis migratoria, de una crisis política y jurídica. Es mucho más que todo eso: en gran parte el futuro de Europa está en buscar una relacione estable con sus vecinos"

La tensión remite. En las ultimas 24 horas, centenares de personas recorren el camino inverso y regresan a sus aldeas y refugios. Por decisión propia o porque han sido deportados. Una catarsis de ida y vuelta de la que Canal Sur ha sido testigo a diario. Emilio Maillo es uno nuestros enviados especiales y aunque él también percibe que la situación tiende a la calma, la imponente valla fronteriza sigue provocando más preguntas que respuestas.

"Viendo una frontera se da cuenta uno lo artificiales que son porque divide un paisaje continuo. A ambos lados personas, con distintas culturas, pero en el fondo, en esencia, seres humanos con las mismas necesidades, entonces a occidente le iría mucho mejor si entendiese que en muchos lugares del mundo el propósito de muchísimos millones de personas es simplemente comer y eso es muy duro de asumir y hace que madres con bebes de meses se pongan a nadar de una parte a otra de la frontera. Es algo que realmente es difícil de entender".

Un drama que personalizan los 800 menores que aun se encuentran en Ceuta y cuyo destino se decide en este momento. Muchos han sido ya reclamados por sus padres, otros han decidido intentar regresar por su cuenta, pero una buena parte de ellos, los menos afortunados, siguen en un limbo legal y aunque pronto serán alojados en centros de acogida de todo el país, solo son unos niños a punto de enfrentarse a un mundo incierto. Atravesar una frontera de cristal no siempre significa encontrar un futuro transparente al otro lado.

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