"Si no se liberan las patentes de las vacunas, lo que estamos haciendo no servirá de nada"

Ante la lenta producción de vacunas y el incumplimiento en las entregas de las farmacéuticas, se ha abierto el debate de las patentes y son muchas las voces que instan a los gobierno a ser valientes y forzar a las grandes corporaciones que han creado estas vacunas con el apoyo del dinero público a que transfieran su tecnología para producir más y en menos tiempo.

Una de esas voces es la de Juan José Rodríguez Sendín, presidente de la Asociación para el acceso justo a los medicamentos, quien ha estado en La mañana de Andalucía para decir que "si no se liberan las vacunas, el virus seguirá mutando y dejará de servir lo que estamos haciendo. Hay que liberarlas para producir todas las que podamos llegando a un acuerdo para pagar lo que tengamos que pagar, pero hay que vacunar a la población mundial".

Rodríguez Sendín precisa que de nada sirve vacunar en los países desarrollados si no se atiende al resto del mundo porque eso hará que el virus siga mutando y que dejen de servir las actuales vacuna. "La UE ha reservado 2.000 millones de vacunas para su población y de la que sobre enviarán a otros países, pero en lugares como Egipto, Gabón o Namibia no se ha vacunado ni al 0,1% de su población. Así, si el virus progresa, habrá nuevas mutaciones y necesitaremos revacunarnos a partir de 2022 por lo que seguirá sin llegar las vacunas a estos países y se darán nuevas mutaciones. Es un círculo vicioso", ha explicado.

Ante este panorama insiste en que "la única solución es que se transfiera la tecnología de las vacunas a la OMS y poner toda la capacidad de producción mundial a trabajar para que el ritmo de producción sea tres veces superior al actual y a finales de 2022 esté vacunada el 80% de los 7.837 millones de personas del mundo". Y recuerda que "ni siquiera es necesario un cambio normativo, porque no es cuestión de derechos de estas multinacionales, sino de salvar vidas humanas, incluida las nuestras y porque además ya han ganado muchísimo dinero después de que la UE y Estados Unidos pusieran 25.000 millones de euros para investigación". Y en este sentido, critica que "después de pagar, ni siquiera podemos ver el contrato firmado como ocurrió con AstraZeneca en que muchos puntos aparecían tachados y nos dejaron ver que todos los efectos secundarios provocados por la vacuna correrían a cargo del los diferentes Estados".

Por tanto, desde esta Asociación se pide valentía a los gobiernos: "Veinticinco países, entre ellos España o Alemania, han reconocido la situación, pero no se atreven a dar el paso porque las grandes farmacéuticas y fondos de inversión no lo permiten, controlan el poder de los gobiernos".