LA VOZ DE VIGORRA
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Menos nacimientos y más egoísmo

Jesús Vigorra da su particular punto de vista sobre los temas de actualidad en La mañana de Andalucía.

JESUS VIGORRA 4 junio 2020

La mayoría de las mujeres fértiles españolas no quieren concebir, otras abortan legalmente; las estériles aspiran a tener hijos con las nuevas técnicas genéticas; incluso algunas vírgenes, dejando el presumible gozo, optan por la inseminación artificial; y muchos hombres optan por el vientre de alquiler pagando un pastón a mujeres que se prestan a ello fuera de nuestro país. Por mi parte, nada que objetar pues como rezan las consignas en la lucha: ¡Nosotras parimos, nosotras decidimos! Así es que punto en boca.

Pero la realidad es esta: los datos de natalidad en nuestro país nos llevan a tiempos de posguerra, que la mayoría de los españoles de hoy tuvimos la suerte de no vivir, pues entonces media España pasaba hambre, y la otra media también. La cifra de nacimientos en España sigue a la baja y desciende casi un 30% en la última década, según datos del 'Movimiento Natural de la Población' correspondiente a 2019, publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE). El año pasado se registraron en España 359.770 nacimientos, con lo que continúa la tendencia decreciente de la última década, y la más baja desde que existe contabilidad, el año 1941. La tasa bruta de natalidad se situó en 7,6 nacimientos por cada mil habitantes, tres décimas menos que la registrada en 2018. Si comparamos estos datos con los de mortalidad; durante 2019 fallecieron en España 417.625 personas. La tasa bruta de mortalidad fue de 8,8 defunciones por cada mil habitantes, un punto más que nacimientos.

Esto quiere decir que en nuestro país mueren más personas de las que nacen y esa tendencia no nos puede llevar más que a una situación difícilmente sostenible, empezando por las pensiones que todos queremos cobrar llegado el momento. No sé si la liberación del sexo que fue la revolución en los años 60 nos ha hecho más felices, o más pacíficos, o más generosos, o menos mortales o nos ha relajado o más no sé qué. Lo que sí es que nos ha hecho es más egoístas.

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