El negocio del gas, un arma de guerra entre Estados Unidos y Rusia
El gas se está utilizando como arma de guerra en el conflicto abierto en Ucrania y las consecuencias las empiezan a pagar los consumidores europeos.
Por cada euro que sube el gas, se incrementa en dos euros el precio de la luz
En la crisis de Ucrania, detrás de la cual hay también grandes intereses económicos, existen dos grandes protagonistas: el presidente ruso Vladimir Putin y el estadounidense Joe Biden. Y en medio, Europa, que necesita gas natural y cerca del 40% lo importa de Rusia. El gas se convierte así en una posible arma de guerra.
Biden cree que, en este conflicto, Putin podría cerrar el grifo del gasoducto que abastece a Europa y el presidente estadounidense ya está buscando contactos con otros países que puedan abastecernos. Es, además, la ocasión perfecta para que Estados Unidos entre en el mercado del gas en Europa.
Este conflicto tensiona la cadena de abastecimiento del gas en España. Y dispara los precios tanto de este hidrocarburo como de otras materias primas como el petróleo. Además, llega en un momento en que sufrimos un descontrol de los precios eléctricos.
El precio del gas se ha disparado ya un 18 por ciento en un solo un día en Europa por temor a un conflicto armado entre Rusia y Ucrania. En el caso de España, nuestro principal proveedor de gas es Argelia, que también ha subido sus tarifas un 5% y lleva tres días seguidos con alzas. Después, y en menor medida, Estados Unidos, con un 13% y Rusia que nos suministra el 8,7% del gas. Aunque los contratos de gas que tiene firmados España, nos dan cierta estabilidad y garantizan el suministro
Pero por cada euro que sube el gas, sube dos euros el precio de la luz en el mercado mayorista, ya que muchas centrales de producción de electricidad funcionan quemando gas. También se ha agitado en el mercado el petróleo. A lo largo de esta semana el crudo ha llegado a rebasar los 88 dólares por barril, un coste máximo que no veíamos desde 2014.
