El barrendero romano que mandaba en la grada

Se llamaba Dante Chirichini y era barrendero. Pero cada domingo se convertía en el rey de los aficionados de la Roma, en el líder de la curva giallorossi. Eran los años 60, de fútbol en blanco y negro. Cuando ser un tifoso era únicamente ser un pirado por tu equipo, con ganas de juerga y sin ánimo de bronca.

Luego, a Italia llegaron los años de plomo. Y en el fútbol generaciones más jóvenes y más violentas tomaron el relevo. Dante fue siendo arrinconado. Un día enfermó y murió, olvidado de todos. Pero en el año 2000, antes de un partido internacional, un grupo de aficionados sacó una pancarta en la que se leía: "Dale Roma, Dante te observa". Los mayores tuvieron que explicarle a los más jóvenes quién era Dante. Semanas después, alguien localizó la vieja moto de Chirichini y se la llevó al Estadio. Totti depositó en ella una flores, mientras lanzaba un beso al cielo.

La historia de Dante debe ser la metáfora de este fútbol en tiempos del virus, con los estadios vacíos. Para que no olvidemos que el alma de este deporte, su llama, no está el césped, sino en las gradas.