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Benito Zambrano presenta "Intemperie" en el Festival de Sevilla

La película está protagonizada por Luis Tosar

Cuenta la historia de un niño que ha escapado de su pueblo

10 noviembre 2019

Benito Zambrano vuelve al largometraje ocho años después de "La voz dormida" con otra adaptación de un libro, "Intemperie", del extremeño Jesús Carrasco, una novela seca, árida, dura, de las que raspan el alma, a la que el director ha dado un aire de western que no disgusta al escritor.

"Me sorprendió que fuera tan nítidamente western, pero tan nuestra también; no hay revólver, ni simbología, ni vestimenta vaquera, ni sheriff. Es un western, pero profundamente español", afirma Carrasco.

En un acto abierto al público en la librería Caótica, en el centro de Sevilla, Zambrano y Carrasco explicaron sus distintos puntos de vista sobre una obra que "ya son dos diferentes", han coincidido los dos.

El escritor, que ha visto traducida esta primera novela a más de una veintena de idiomas, ha explicado que prácticamente al editarla, en 2013, le buscaron para hacer la versión cinematográfica.

"Pensé -comparte Carrasco- qué autores de mi entorno podrían hacerlo, y en eso me ayudó Arturo Pérez Reverte, quien me explicó que una vez que cedes los derechos de un libro hay que dejarlo volar, porque si no, si quieres hacerle tuyo, pues te lo produces tu".

Así, le gustó la idea de que lo hiciera el director de "Solas" (1999). "Yo no conozco el lenguaje del cine y Benito si y se trataba de un creador que iba a llevar mi novela a un sitio adonde no habían llegado mis lectores, ni quienes no habían leído el libro".

La película llega como proyección especial al Festival de Cine Europeo de Sevilla, días antes de su estreno comercial el 22 de noviembre.

A preguntas del público, Zambrano ha señalado que el proyecto llegó a él en marzo del año pasado, a través de la versión de unos guionistas. Entonces, no había leído la novela.

Cuando lo hizo, pensó que la "entendía" y la "sentía. "Soy de Lebrija, he trabajado en el campo: sé de capataces, de los señoritos, de los dueños no sólo de la tierra, sino de las personas, y ese ambiente seco, duro. Vi que era la campiña andaluza nuestra".

"Cuando leía me conectaba con todo lo que tiene que ver con el mundo rural, es mi esencia", afirma, y recuerda su infancia (y más) en el entorno rural de Lebrija.

El director destaca también el nivel de conexiones con la novela, "toda la esencia de la novela de Jesús, la complicidad del niño y el pastor y cómo lo va convirtiendo en un hombre a partir de las heridas tan tremendas que trae ese niño", en una gran interpretación de Jaime López, visto en "Techo y comida", a quien da la réplica el veterano Luis Tosar.

"Todos estos elementos me sirvieron para llevar 'al toro a su lado', darle la profundidad que yo sentía que tenía la historia", concluye Zambrano, quien anunció, sin dar detalles, que ya prepara otro filme, como ésta y la anterior, la multipremiada "La voz dormida" (2011), basada en una novela ya escrita.

Carrasco alienta a los posibles espectadores afirmando que Zambrano ofrece en la cinta "un paisaje que supera el que yo había construido: ha hecho el desierto plus", rodado, curiosamente, en Huesca.

La comunión entre ambos ha sido tan profunda que Zambrano ha llegado a decir que están ahora, a posteriori, "reflexionando muchas de las cosas" de la película. "Si hubiésemos hecho este guion juntos desde el principio habría sido otra historia", señala.

Y comenta algunas concesiones para hacer más atractiva la película al espectador de cine, como algunos cambios de escenario respecto a la novela, o una mayor violencia.

"Una película es una flecha directa al corazón y al alma del espectador, algo que golpea, que conmueve, algo directo; en literatura -apunta Zambrano-, creas capas que en el cine son imposibles".

Del personaje de Luis Tosar explica que es "el sentido común, la sabiduría popular".

Un tipo que ha vivido en las primeras décadas del siglo XX y que arrastra problemas que todavía hoy forman parte de la vida en España, problemas que, en teoría, dice Zambrano, deberían haberse superado en la Transición.

"Él ha vivido los desastres del 98, las guerras de Annual, las africanas, y el golpe de "Estado que vino después", ahí, añade Zambrano, es donde enlaza la película con nuestros días porque hoy, la política "aún tiene que ver con medrar".

Carrasco concluye afirmando que "Intemperie" es "una peli pendiente de las miradas, parca, sin explosiones. Son los actores los que la hacen. La mirada del niño lo resume todo. Recoge todo lo que ha pasado y son tres segundos en que mira al pastor: la relación entre ambos, desde la desconfianza hasta llegar al amor".

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