Martín Lagares: "Nos tiene que servir para saber qué es lo que merece la pena vivir y ser vivido"
Esculpe casi todo pero se pierde por la emoción y el sentimiento
Es de La Palma del Condado y tiene claro que este parón trae más sinceridad y autenticidad
Busca el pellizco que te da una obra cuando conectas con ella
Dice que hay que pensar poco y sentir mucho
canalsur.es le acerca las reflexiones de artistas andaluces o que viven en Andalucía sobre cómo afecta la covid-19 al mundo de la cultura y al proceso creativo
Siempre busca renovarse, hacer cosas nuevas, reinventarse porque cree que el arte es eso: búsqueda, encuentro y una manera de interpretar la realidad de cada momento.
Martín Lagares (Palma del Condado, Huelva, 1976) lleva veinte años dedicado profesionalmente a la escultura, desde que terminó la Facultad de Bellas Artes en Cuenca en el año 2000. Una carrera que comenzó en Sevilla. Unos años antes, conoció a Joaquín Moreno Daza, escultor imaginero palmerino. Fue su primer maestro y la persona que lo metió en el mundo en el que vive ahora.
LA PENA DE VIVIR Y DE SER VIVIDO
Para él, la pandemia de la covid-19 ha supuesto algo muy importante para toda la sociedad y para la cultura. Se ha podido comprobar que "la cultura no es algo secundario": es la base de la sociedad. "Creo que el arte y la cultura nos han salvado durante estos meses confinados".
Aparte de la tragedia humana y de "todo el caos que se ha dado a nivel sanitario y un poco también a nivel institucional", esta situación -dice- tiene una parte positiva y es que "nos ha hecho parar en seco y en muchos casos plantearnos qué es lo que verdaderamente merece la pena de vivir y de ser vivido". El parón, dice, nos ha permitido ahondar por donde uno quiere seguir, por dónde uno quiere ir.
Cuenta que llevaba una vida muy estresada con los encargos, con los trabajos y con muy poco tiempo para respirar. La pandemia "nos ha hecho sentarnos tranquilamente porque no nos ha quedado otra" y nos ha dado la oportunidad de buscar el sentido de nuestra vida.
ARTE= PELLIZCO E HISTORIA DE UN PUEBLO
Ha empezado una línea de trabajo en la que sigue utilizando los mismos recursos "porque no se trata de hacer algo nuevo, se trata de hacer algo más auténtico, más sincero con uno mismo".
Está trabajando con el fragmento; le interesa mucho resaltar algunas partes del cuerpo, de la cara, jugar con el esbozo, jugar con las texturas, jugar con la emoción, jugar con el sentimiento.
Cree que el arte es eso: emoción y sentimiento. "Es el pellizco que te pega cuando ves una obra de arte". Es pensar poco y sentir mucho porque es en el sentimiento donde radica todo, donde está lo auténtico, lo sincero.
Muchos de los encargos se han caído. Han surgido otros nuevos. Ha notado que la sociedad en general ha aumentado su sensibilidad hacia el arte. Ha sabido valorarlo.
¿La importancia del arte?
-Toda. El arte, aparte de ser un sector económico, es la historia de un pueblo y la historia de un pueblo es fundamental.
"Ahora que estamos viendo, que se tiran estatuas, se tiran monumentos por motivos ideológicos ...Creo que es un error porque un pueblo no puedo olvidar su pasado. Y su historia. No recuerdo quién decía que el pueblo que olvida su historia. está destinado a repetirla".
Piensa que hay que valorar -pasado el tiempo- lo positivo y lo negativo de las personas y aprender de ello. "Y por supuesto respetar el valor artístico de las piezas; eso me parece fundamental".
CAMINO A-MARTE
Los primeros trabajos de Martín Lagares son esculturas religiosas. Toca un poco la imaginería. Matiza que son diferentes y opina no estar de acuerdo que la imaginería perpetúe los cánones barrocos. Considera que debe dar un paso más adelante.
Ha realizado numerosas esculturas salesianas (es antiguo alumno salesiano) que se pueden ver en las principales ciudades españolas. Tiene decenas de monumentos civiles repartidos por toda Andalucía; por ejemplo en la zona del Andévalo de Huelva. Destaca el Monumento a Los marineros de Punta Umbría, "El tio de las Vistas" para el museo al aire libre con motivo del centenario de "Platero y yo" en Moguer o el Monumento al Contrabandista en el Granado. También ha esculpido estatuas de tradiciones populares.
De hace un año para acá se dedica a trabajar una obra más personal, más propia que está moviendo por ámbitos de galerías y otras plataformas. Ha expuesto en ARCO, la Feria de Arte Contemporáneo de Madrid, en la Feria de Arte de Málaga, en galerías de Barcelona y en el Museo Provincial de Huelva, entre otros.
Le gusta mucho trabajar con la temática de los besos. Dice que el beso siempre ha estado muy vinculado o ha tenido una tendencia a estar relacionado como algo decadente, ñoño. No está de acuerdo; para él la escultura de los besos tiene más fuerza, más vida. Le gusta resaltar el contenido emocional y potente del hecho. También le gustan los fragmentos de los rostros humanos.
Y ese camino de búsqueda le ha llevado, entre otro sitios, a Río Tinto y allí entre rocas y aguas, entre naranjas y ocres ha modelado una de sus últimas obras, por ahora.
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