El renacer de un estadio cinco estrellas
Nació como buque insignia de la candidatura olímpica de Sevilla.
Problemas financieros y en su cubierta lo mantuvieron cerrado durante 20 años.
Ahora aspira a renacer con un brillante futuro.
Fue el icono del sueño olímpico de Sevilla. Inaugurado en mayo de 1999, el Estadio de la Cartuja fue la bandera de la candidatura olímpica de la capital andaluza. No pudo ser. Como tampoco pudo convencerse al Betis y al Sevilla para que se mudaran allí de forma permanente. Aún así, sus 22 años de vida han estado salpicados de momentos memorables.
El gol de Suker a España, el primero de todos en una de sus porterías. La entrada solitaria y triunfante de Abel Antón para ser campeón del Mundo. El récord estratosférico de Michael Johnson. O la felicidad de nuestros tenistas, campeones dos veces de la Davis sobre la tierra circunstancial de la Cartuja. Una hoja de servicios tan brillante como corta.
Tres finales de Copa, la de la UEFA que en 2003 disputaron Celtic y Oporto, conciertos inolvidables... y un largo olvido. Un delicada situación financiera y problemas estructurales en la cubierta forzaron su cierre durante 20 meses. En su nueva vida, la Cartuja aspira a convertirse en la casa de España. Aspira a una nueva vida para que un estadio cinco estrellas no acabe estrellado.
