El fiscal le pide 25 años por el crimen de su esposa en Guadix
La Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Granada enjuicia desde este lunes por la fórmula del jurado popular a Antonio R. G, un hombre de 74 años al que la Fiscalía pide 25 años de cárcel
Este lunes 26 de octubre ha comenzado en la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Granada el juicio a Antonio R. G, un hombre de 74 años acusado de asesinar en febrero de 2018 a su mujer de 56 años a la que enterró en un paraje de la localidad granadina de Guadix antes de denunciar su desaparición.
En esta jornada se ha seleccionado y constituido el jurado popular.
La Fiscalía ha calificado los hechos de un delito de asesinato con las agravantes de parentesco y de género y ha solicitado para el acusado 25 años de prisión y la prohibición de comunicarse o acercarse a los cuatro hijos de la víctima durante diez años.
El juicio continuará este martes con las pruebas testificales.
LOS HECHOS
Según el escrito provisional de acusación de la Fiscalía, los hechos se remontan al 4 de febrero del 2018 cuando el procesado, de 74 años y que llevaba casado con su mujer ocho, fue con la víctima a visita a la madre de esta última y luego se marcharon ambos hacía su casa, entre la 1 y las 1:30 horas.
Poco después, cuando ambos estaban en el salón del domicilio que compartían, Antonio inició una discusión en la creencia de que ella pudiera estar manteniendo una relación con otro hombre al encontrar en su móvil fotos, situación que no ha quedado acreditada.
Fue entonces cuando, con "total desprecio" a su condición de mujer y con el "decidido y firme propósito de acabar con su vida", la golpeó y asesinó.
Momentos después, la montó en un carrillo de mano y se dirigió, llevándola envuelta, hasta un paraje que distaba del domicilio aproximadamente un kilómetro, mientras que ocultó en el camino el teléfono de la mujer, que había roto previamente.
Según la Fiscalía, una vez llegó al lugar cavó en el terreno próximo a las vías del tren un agujero en la tierra donde enterró a la mujer.
El acusado regresó al domicilio, limpió la escena y, cuando finalizó, denunció la desaparición de su mujer ante la Guardia Civil.
Según la Fiscalía, en el momento de los hechos el acusado no tenía alteradas sus capacidades volitivas ni intelectivas ya que, según el informe del médico forense, no se observaron en la exploración síntomas o signos que indicaran la presencia de un trastorno o enfermedad mental.
