Un velero que iba a Ceuta a participar en una regata atendió la petición de auxilio de Salvamento Marítimo.
El hombre se había amarrado a una pequeña tabla de las que usan los niños para aprender a nadar.
También en aguas del Estrecho, lo que se esperaba fuera una tranquila travesía se convirtió en una operación de rescate. Los ocupantes de una pequeña embarcación consiguieron salvar a un inmigrante que tan sólo se mantenía a flote aferrado a una pequeña tabla.
La historia comienza cuando el capitán del velero Moj San, que acudía a Ceuta desde la Línea para participar en una regata, recibe un aviso de la presencia de un inmigrante marroquí en su ruta.
Salvamento Marítimo, tras localizarlo, requería su cooperación. Dicho y hecho, tanto el capitán, Adi Arueti como su compañero, Pedro Caravaca comenzaron la búsqueda. Se ponía el sol, el mar estaba picado y no veían gran cosa. Entonces lo escucharon. "Tengo mucho frío, por favor ayudadme", decía e joven de 35 años.
Estaba con un traje de neopreno y amarrado a una pequeña tabla hinchable de esas que usan los niños para aprender a nadar. Adi y Pedro siguieron las directrices de Salvamento, comprobar su estado, tranquilizarlo, estar cerca de él, pero nunca subirlo al velero.
Cuando la unidad Atria llegó a la zona ya prácticamente era de noche. Subieron al joven marroquí de 35. Era el final de esta agónica travesía.