El ayuntamiento de este pueblo gaditano quiere recuperar el acercamiento y la presencia física, viejas costumbres que pueden convivir con otras formas de comunicación nacidas de las nuevas tecnologías
Algar es uno de los pueblos blancos de la provincia de Cádiz, apenas cuenta con 1.500 habitantes y antiguamente se llamó Santa María de Guadalupe del Algar. Su ayuntamiento ya ha comenzado con la tarea de que las charlas al fresco sean consideradas Patrimonio de la Humanidad.
Por las noches, la población sale a las calles, se sienta en sus sillas de enea, forma corrillos, practica el inveterado hábito de la conversación y cuenta anécdotas y vivencias diarias.
Algar no quiere que se pierdan estos ritos ni la forma de relacionarse entre la vecindad; y por ello anhela el alto reconocimiento que supone ser Patrimonio de la Humanidad. Es una cuestión pequeña, doméstica, pero forma parte de la personalidad de los pueblos andaluces.