OPERACIÓN BOTIJO
OPERACIÓN BOTIJO

Tres detenidos en Jaén en una trama de compraventa y fabricación de armas y munición

Supuestamente el material estaba destinado a organizaciones criminales que operan en el Campo de Gibraltar y el sur de España

CANAL SUR MEDIA 8 febrero 2023

La Guardia Civil y la Policía Nacional, en el marco de la operación conjunta Botijo-Butkus, ha detenido en Jaén a tres personas al desmantelar una trama delictiva asentada en la provincia jiennense supuestamente dedicada a la fabricación ilícita y al tráfico de municiones y armas de fuego, con destino a las organizaciones criminales del Campo de Gibraltar y el sur de España.

De esta forma, se han intervenido, entre otros, 21 armas, cerca de 8.000 cartuchos metálicos de diferentes calibres, 12 kilogramos de pólvora, más de 3.000 kilogramos de gases prohibidos de efecto invernadero, además de silenciadores y chalecos antibala, así como cerca de 16.500 euros en metálico.

La investigación de la Guardia Civil se inició en abril del 2022 cuando en la primera fase de la operación Botijo, especialistas en tráfico de armas de la Jefatura de Información (UCE3) detuvieron en Madrid a una persona que, desde hacía años, se dedicaba a traficar con municiones de diferentes calibres, incluida munición de guerra. Para ello, utilizaba diferentes plataformas de internet y sistemas de comunicación privados.

Durante los registros practicados en los domicilios vinculados a este detenido, en las provincias de Madrid y Cáceres, se intervinieron cinco armas de fuego y más de 6.700 cartuchos metálicos de diferentes calibres que este individuo poseía preordenados a su tráfico ilícito.

El análisis de lo intervenido durante esa primera fase permitió la identificación, por la Guardia Civil, de varios compradores ilegales de munición al primer detenido, entre los que destacaba, por la cantidad y clase de municiones adquiridas, un individuo residente en la provincia de Jaén y que contaba con antecedentes policiales por tráfico de drogas. Esto hizo sospechar a los investigadores que las municiones adquiridas estaban siendo destinadas a su posterior tráfico ilícito o al uso en armas ilegales que el mismo tenía.

A su vez, este individuo de Jaén también estaba siendo investigado en el marco de su operación Butkus por el Grupo de Respuesta Especial contra el Crimen Organizado (GRECO) del Campo de Gibraltar de la Policía Nacional. Los agentes de la Policía Nacional sospechaban que esta persona estaba suministrando armas y municiones a varias organizaciones de narcotráfico que estarían operando en esa zona.

De hecho, de él partía supuestamente el origen de algunas de las armas empleadas en varios ajustes de cuentas y enfrentamientos armados entre organizaciones rivales para el control del territorio, el robo de alijos de estupefacientes en los denominados "vuelcos" o la protección de las denominadas "guarderías" donde almacenan y ocultan tales sustancias.

A través de los mecanismos de coordinación del Centro de Inteligencia contra el Terrorismo y el Crimen Organizado (CITCO) se coordinaron ambas investigaciones, iniciándose una operación conjunta sobre este individuo entre ambos cuerpos policiales.

La investigación conjunta permitió averiguar que el investigado se dedicaba a fabricar ilegalmente grandes cantidades de munición, calibres de armas cortas y de armas de guerra, como el calibre 7,62x39 utilizado por los fusiles de asalto AK47. Esta munición era posteriormente vendida ilegalmente junto con las armas y otros complementos, como cargadores de alta capacidad para pistolas, los cuales están totalmente prohibidos a particulares o incluso chalecos antibalas.

Los agentes acreditaron que la esposa de este hombre, además de estar al corriente de sus actividades ilícitas, supuestamente colaboraba con él en las mismas. Asimismo, se identificó a un tercer individuo, también residente en Jaén, que hacía de intermediario para suministrarle armas de fuego ilegal, que a su vez el principal investigado revendía a terceras personas tanto de la propia provincia como del sur de España.

El pasado mes de enero y tras haber localizado los lugares donde los investigados ocultaban las armas, se procedió a la detención de estas tres personas y se realizaron dos entradas y registros. Además a uno de los detenidos también se le intervinieron más de 300 botellas de gas refrigerante de efecto invernadero para su comercio ilegal, con unos 3.000 kilogramos de gas valorados en más de 180.000 euros. Este tipo de gas está prohibido por dañar la capa de ozono.

A este mismo detenido, también se le descubrió en su domicilio una "granja" para el minado de criptomonedas. Este tipo de graja necesita de una ingente cantidad de energía eléctrica por lo que el detenido había realizado un enganche ilegal a la red para defraudar el fluido eléctrico.

A los tres detenidos se les han imputado los delitos de tráfico de armas, fabricación ilegal de munición, tráfico y depósito de municiones, depósito de explosivos, contra el medio ambiente, contrabando por gases prohibidos y defraudación del fluido eléctrico.

La operación conjunta, según se ha informado desde Guardia Civil y Policía Nacional, ha impedido que "el elevado número de municiones y armas incautadas llegaran a manos de organizaciones criminales o pudieran ser utilizadas por las mismas, con las consecuencias imprevisibles y graves que ello pudiera haber conllevado para la seguridad ciudadana".

Precisamente, señalan en un comunicado que las vinculaciones entre el tráfico de armas y el crimen organizado, especialmente el narcotráfico, hacen que "la lucha contra esta amenaza sea una de las prioridades tanto de la Estrategia de Seguridad nacional como del actual Ciclo Político de la Unión Europea".

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