Tiempo de trashumancia en Andalucía
Medio millar de vacas, con su crías, han alcanzado el Guadalquivir. Es tiempo de trashumancia.
Es la trashumancia. Los ganaderos se siguen quejando de la ocupación de los caminos y de la falta de servicios como densanderos o abrevaderos, que están desapareciendo en favor de construcciones y del aprovechamiento agrícola.
No es un río de Tanzania, ni hay cocodrilos. Pero estos ganaderos denuncian que llegar hasta aquí les cuesta la misma vida. El ganado está exhausto. Es un espectáculo. Medio millar de vacas, con su crías, han alcanzado el Guadalquivir.
Vienen de las dehesas del Norte de Jaén entre vías pecuarias ocupadas por la agricultura, las urbanizaciones y las carreteras. Se vuelven a quejar de que siguen contaminando los caminos públicos con herbicidas. No hay agua en los abrevaderos, ni ya abrevaderos. Tampoco descansaderos. Regresan a Santiago-Pontones, en lo alto de la sierra de Segura.
Cuentan una y otra vez el ganado. Tiene que haber medio millar de cabezas. Le queda camino por delante, un camino que, según las asociaciones de ganaderos de estas zonas del Norte de Granada y del Noreste de Jaén, se va achicando. Se va perdiendo como la propia trashumancia.
