Floristas y negocios cofrades de Huelva trabajan contra reloj en vísperas de Semana Santa

En los negocios onubenses que rodean a la Semana Santa el ambiente es frenético. Es la hora de los últimos detalles. En las tiendas cofrades y en los equipos de artesanos floristas se trabaja contra reloj para que todo huela, se muestre y luzca de manera impecable.

Algunas tiendas cofrades llevan varias décadas abiertas, de Navidad a Miércoles Santo. Son algo más de tres meses muy intensos de trabajo, en los que se venden túnicas, antifaces y costales, ya confeccionados o a medida, por encargo.

Empiezan con los costaleros en enero con las "igualás", y siguen con nazarenos y resto de personal interesado en un material tan clásico y señero.

Zapatillas, guantes, costales, capirotes, cíngulos, incienso y una tendencia que se ha impuesto en los últimos años: los detalles personalizados, como tazas, camisetas o calcetines de la hermandad que cada cual sienta como suya. 

Mucho más concentrado y frenético es el trabajo en el caso de los floristas. En Semana Santa las entregas son entre Viernes de Dolores y Jueves Santo.

Se trata de un material vivo y muy sensible que proviene de cualquier parte del mundo y que tiene un esplendor efímero. En el taller de Antonio Rivera, por ejemplo, 14 personas se ufanan en peticiones para veinte hermandades, un total de 36 pasos, entre Huelva y Sevilla.

A los exornos florales de los pasos se suman las ofrendas y otras peticiones diarias que tampoco cesan estos días. Hay hermandades más clásicas y otras innovadoras. Dice Rivera que una de las flores más complicadas para trabajar es el azahar, pero que como artista creativo, cualquier encargo novedoso con diversas texturas es su especialidad y un reto apasionante que acepta encantado.