El negocio de la venta de barriles de vino de Jerez ya usados para envejecer a su vez otros licores genera más de cien millones de euros al año.
McCallan, la marca de whisky más prestigiosa del mundo, ha comprado una destilería en Jerez para asegurarse el suministro.
El whisky premium que comercializa Beyoncé presume de envejecer en barricas de Pedro Jiménez.
McCallan, la marca de whisky más prestigiosa del mundo, ha comprado una destilería en Jerez de la Frontera (Cádiz) para garantizarse el suministro del llamado "sherry cask", botas que han contenido vino de Jerez y que se destinan después a envejecer bebidas.
El negocio de la venta de barriles de vino de Jerez ya usados para envejecer a su vez otros licores genera más de cien millones de euros al año. Y vuelve a estar de actualidad gracias a Beyoncé, la artista norteamericana que comercializa ahora un whisky envejecido en barricas jerezanas.
El vino de Jerez tiene tanto mercado que las licoreras internacionales se rifan hasta las barricas donde envejece. Beyoncé ha sido la última y el whisky premium que la artista ha comercializado recientemente presume de envejecer en barricas de Pedro Jiménez de Jerez.
Como explica César Saldaña, presidente del Consejo Regulador del Vino de Jerez, los caldos jerezanos impregnan mucho la madera de la bota, y cuando esa bota se usa para envejecer bebidas de ata graduación esos destilados extraen de la madera algunos de los elementos genuinos del vino de Jerez.
En la tonelería jerezana Páez Lobato lo saben tan bien que llevan tiempo enviando barricas a todo el mundo, incluso a países asiáticos como Japón, China o Filipinas.
Las botas más demandadas son las que han contenido oloroso, que como su nombre indica es el más aromático, pero también cream, Pedro Jiménez y amontillado.
Los escoceses son sus máximos valedores y la prohibición de la exportación del vino a granel les llevó a buscar toneles en origen. Ahora McCallan, una de las más prestigiosas firmas de whisky escocés, da un paso más al asociarse a una tonelera jerezana. El objetivo es asegurarse el suministro a largo plazo.
El Consejo Regulador de Jerez certifica estas barricas para proteger el prestigio de la marca, pero además ha creado un negocio que exporta más de cien mil barriles valorados en unos cien millones de euros anuales. Beyoncé ha sido la última, pero vendrán más. Porque del vino de Jerez se aprovecha hasta el barril.