El goteo de los cirios provoca uno de los típicos "daños colaterales" de las procesiones de Semana Santa en las túnicas o en el vestido. Comprobamos un truco casero que resuelve el percance.
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El calor será nuestro aliado para limpiar la cera y, por contra, el frío resolverá la incomodidad de ese chicle pegado.
El equipo de ¡Vaya mañana! se remanga literalmente y se pone a la faena para terminar con uno de los dolores de cabeza que causan las inevitables procesiones. La plancha caliente y un papel de estraza serán las herramientas que nos libren de la cera en los tejidos; mientras que el hielo hará lo propio con el chicle pegado en la ropa.