Los esquiladores, un oficio poco visible pero fundamental

A nuestros protagonistas los encontramos en Constantina, en la Sierra Norte sevillana. De allí procede la familia de esquiladores, que presta sus servicios a los ganaderos de la zona.

Rafael y sus dos hijos pertenecen a ese tipo de familia rural nómada que cambian de tarea en función de las estaciones del año. Con la llegada de las calores es el tiempo del esquileo.

Han traído parte del rebaño de mil ovejas al redil hay que dividirlos en grupos pequeños. En Andalucía hay un censo de más de dos millones de ovejas, siendo Córdoba la primera provincia en el censo. En España alcanzan los dieciséis millones.

Fuerza y maña emplea el arrastrador para no dañar a las de las merinas preñadas. Tarea que entraña su complejidad. El pastor vacuna para prevenir infecciones tras los partos. La merina puede alcanzar los tres kilos de lana que ha vuelto a cotizar en los mercados asiáticos.

Daniel, con veintinueve años, ha aprendido el oficio de su padre. Rafael de 24 también. Hay continuidad generacional y en los valores de la vida rural.

Tan natural como las borras primerizas saneadas que ahora podrán amamantar sin riesgos a sus borregos en los pastos de una primavera como no se recuerda.

En el redil los esquiladores vuelven a seleccionar otro grupo de merinas la raza española que desde los siglo XV al XVIII dominó el mercado mundial de la lana.